Parece que en los últimos tiempos las series de TVE están tocadas por un hada madrina haciendo, que cada una en su estilo, entusiasmen al espectador. Como sabréis nunca me he sentado ante Águila Roja, Cuéntame u otra serie de TVE pero sí lo he hecho ante El Ministerio del Tiempo encontrándome con una grata sorpresa (aunque siendo consciente que no es oro todo lo que reluce y mucho menos nos cuentan).

Comencemos hablando de la serie: son tan solo ocho capítulos a los que nos podemos enfrentar de manera individual, si bien hay un pequeño hilo conductor. Pero lo más novedoso es que El Ministerio del Tiempo  se sale de la norma ya que intenta entrar en le nicho de la sci-fi (ciencia ficción) y lo hace a través de una historia de viajes en el espacio-tiempo, una propuesta cuando menos interesante que parece beber casi directamente de "Los Cronocrímenes" de Vigalando. Por tan arriesgado planteamiento El Ministerio del Tiempo ya merece un respeto pero el respeto no es sinónimo de victoria.

En El Ministerio del Tiempo nos muestra la existencia de una agencia secreta que se dedica a controlar los desajustes espacio-temporales que se producen a lo largo de la historia para ello contratan a personas en situaciones límites dando lugar a equipos de lo más variopintos, por ejemplo, el nuestro: un enfermero del SAMUR actual, la primera universitaria y un tercio de Flandes, así tres épocas chocan con un único objetivo: entenderse para salvaguardar la historia tal y como la conocemos. 

La estructura de los capítulos también es muy básica a la par que efectiva: nuestro equipo es enviado a un momento histórico para mantener la historia tal y como ha llegado hasta el Siglo XXI, siempre eso sí, supervisado por dos agentes de mayor rango y el jefe de estos, personajes que poco a poco van ganando importancia en la trama. Esta estructura permite al espectador viajar a épocas y sucesos históricos que conforman la historia de España (e incluso con un poco de suerte le llevará a querer saber más de la misma), una historia que se cuenta con una buena dosis de humor e incluso desde un punto de vista paródico (¿Alonso?¿Alatriste?¿Los hermanos Salazar?¿Rosendo? e incluso el inmortal Jordi Hurtado).

A todo ello debemos sumar el buen trato a los personajes y es que no solo están ahí: todos ellos (en mayor o menor medida) son trazados con cariño y saber hacer artesano: así todos los personajes tienen su presencia en el presente y en el pasado, historias individuales que le aportan una importante capa de profundidad y nos hacen comprender el porqué de sus actuaciones individuales. 

Sí, es una serie realmente entretenida debido a su fácil visionado pero como ya hemos dicho no es oro todo aquello que reluce y El Ministerio del Tiempo genera un bucle de preguntas sin fin ya que sus agujeros de guión son más que evidentes. Vamos a ver, teóricamente no podemos viajar al futuro pero no es cierto ya que personajes como Amelia o Alonso sí lo están haciendo ¿será que no se puede rebasar la barrera del 2015? Lo dicho, podríamos entrar en una espiral de preguntas de las que jamás conseguiríamos salir.

Pero El Ministerio del Tiempo ha conseguido una cosa que nunca antes había ocurrido en este país: aunque las audiencias de la serie son aceptables (nada del otro mundo a la vista de los directivos de la cadena pública) su repercusión en redes sociales (especialmente en twitter) ha sido increíble y esto ha llamado la atención de la cadena.