Cuando me senté ante Rugby de Manuel Soriano nada hacia presagiar lo que se encontraba en el interior de aquellas novela: engañando por la fotografía de ese extraño balón ovalado y sobre todo por el título, esperaba una novela de sangre, sudor, camaradería y scrums pero no Rugby no es en absoluto eso, Rugby disecciona una sociedad argentina en la que sigue primando el racismo y las diferencias entre clases sociales y lo hace desde el punto de vista de un joven, El Mocho, perteneciente a las élites del país, muy a pesar suyo.

El Mocho es peruano, hijo de diplomático y perteneciente a las élites sociales bonaerenses, huérfano de madre y distanciado de su padre convierte a su club de rugby en su familiar, una familia que como todas guardan secretos y donde nada es tan bonito como a simple vista parece. Su procedencia, su orfandad y su especial sensibilidad conformaran una figura que mira a sus compañeros como quien está de vacaciones: te mezclas pero no formas parte.

Así poco a poco, El Mocho, nos cuenta sobre una sociedad en la que priman los contactos por encima de los estudios, en la que lo importante es parecer en lugar de ser y en la que nuestro protagonista no encuentra su lugar... muchos podréis pensar: el día a día de la sociedad del siglo XXI y es que posiblemente comparta ciertas similitudes pero no, no es verdad, quizás sea el uso del idioma o de las armas en la convivencia entre clases pero Rugby se antoja lejana para el lector europeo o por lo menos para este lector europeo.

Pero no solo eso nos aleja de Rugby, también encontramos una discriminación "extraña" para nosotros y es que el Soriano nos proyecta una discriminación naturalizada, es decir, los negros son menos, juegan al fútbol, la chicas al hockey o al voley y los hombres blancos de futuro e ínfulas anglofilas jugamos al rugby, así lo ve El Mocho y los secundarios con los que nos cruzamos en Rugby. Ese "nosotros y los otros" nos suena a una etapa superada (aunque esto sea más de una manera teórica que real) en nuestro día a día.

¿Y de rugby? Apenas un tercer tiempo, un viaje donde el deporte es lo de menos (lo de más perder la virginidad con una prostituta pasada de kilos "que hizo hombres" a medio equipo), un tercer tiempo que terminar en tragedia y sí, solidaridad interna dentro del equipo... y es que no podíamos cargar contra todo.

¿Me ha gustado Rugby? No, simplemente la he leído y muy probablemente deje poco poso en mí, lo siento, es así, no siempre se puede acertar.