Lo hablaba hace unos días con Teo, y es que parece que últimamente los blogs tienen una intrahistoria muy peculiar; todo es mono, todo luce pero tras ese primer brillo, sea de flashes o de reflejos en vasos de alcohol pero últimamente tras esas líneas, sean sonetos o simples párrafos, siempre hay algo más.
Hoy hablaremos de amor, de historias de amor dentro de la Historia con mayúsculas. Hablamos de Petrarca y el amor, el amor imposible por Laura de Noves, que desde aquel viernes santo en el que se conocieron y ella se convirtió al instante en musa de poeta.
Pero como todas las historias de amor, o al menos las más bellas (como diría Ismael Serrano), no se trata de una historia fácil. Laura estaba casada cuando conoció a Petrarca y él, un hombre de recta conciencia, nunca reunió el valor para luchar por su verdadero amor. Petrarca decidió entonces plasmar sus sentimientos en poesías, sonetos…
Ella casada, él enamorado ¿y el marido qué? Cuentan, como si se tratase de un programa del corazón, que los primeros años Petrarca era bien recibido en casa de su amada, que las tertulias literarias con el marido de esta eran amenas; dicen que Laura, poco a poco comenzó a caer en el hechizo del poeta y fue entonces cuando el marido de esta, temiendo la infidelidad o el abandono, alejó a tan ilustre convidado de su casa.
Pero recordemos que esto es una historia de amor, y las historias de amor solo pueden terminar de dos maneras: o en victoria o en tragedia.
Petrarca, alejado de Laura, comenzó a escribir con más ímpetu que nunca hasta… hasta que la peste sesgó la vida de su amada, en ese momento, Petrarca cambió, abandonó sus loas amorosas y giró hacía la profundidad del ser… siguió teniendo el reconocimiento de su poesía pero perdió lo que él más amaba, a Laura.
Pero esto, la historia del amor entre Petrarca y Laura no deja de ser una simple leyenda o mejor dicho, una realidad difusa; Laura de Noves, Laura de Sabrán, Laura de Chabau, Laura Colonna… cualquiera de esas Lauras puede ser la de Petrarca o quizás no haya existido nunca tal Laura... pero Petrarca la tenía, al igual que Bob Harris tenía a Charlotte en un Tokio selvático o al igual que los lobos, por mucho que lo nieguen pertenecen a la manada.
Como ya dije... faltó algo! xD
ResponderEliminarFoi nisto no que se inspirou o tal Nek?
ResponderEliminarOtra Laura.
ResponderEliminarhttp://www.goear.com/listen/aeb6037/laura-lluis-llach
Alury lo de si ha falta o no lo descubriremos pronto... pero sí N de faltar faltaría otra Laura ¿La de Lluis Llach? Pues creo que no XD.
ResponderEliminarIsaackbruno non teño demasiado claro onde se inspirou Nek... por certo ¿morreu? E que dende aquela xamais apareceu máis.
Mmmm... eu mireno andar ó xornal en paraños, pero vai ti saber...
ResponderEliminarPois por Paraños anda ben! XD
ResponderEliminarTardé un poquito en comentar este historia porque no aguanté y tuve que llamarte por teléfono. Sin duda una entrada excelente con indirectas muy bien marcados y con una historia de amor muy chula (pero trágica) que curioso el nombre de la chica verdad? Laura......es que tenemos mas cosas en común que creía.
ResponderEliminarEnhorabuena por este entrada.
Un abrazo.