Jueves por la noche, decisión tomada: nos vamos a Vigo a ver Arctic Monkeys. Lo comunicamos al resto de la gente. Bien, hemos quedado: 22.15 en la puerta de Castrelos... Brillante idea, idea que como nosotros han tenido parte de las 20000 personas que se reunieron allí para ver al cuarteto inglés.

A las 22.35 la expedición del OGT ya estaba completa y a esa misma hora salía Mendetz al escenario a calentar (así dicen las crónicas) al auditorio. La banda barcelonesa pasó por nuestros oídos sin pena ni gloria, más bien tratando asuntos sobre la próxima temporada y presentando a la una de las nuevas incorporaciones. Además, los amigos de Mendetz se columpiaron demasiado hablando en catalán, cosa que no sentó nada bien a buena parte de auditorio.

Y ahora quiero romper un tópico: el de la puntualidad inglesa. No comenzaron a las 00.00 si no a las 00.05... Eso sí, el concierto duró exactamente una hora y cuarto. Sin saludos solo un simple “we’re Arctic Monkeys” sin un solo bis...

Pero el concierto fue la leche. Un sonido impresionante, todo música acompañada con descargas de luz cegadoras. Comenzaron, si no me falla ya la memoria, con The View from the Afternoon y Brianstorm, y la gente ya estaba metida en el concierto. También debemos decir, que en la noche del jueves en Castrelos había mucho que “pasaba por allí”, se veía desubicado totalmente. Pero la pista, es decir, los que pagaron 12€ por verlos, a los 5 minutos estaban dando botes como locos. Terminaron con I Bet You Look Good on the Dancefloor. Lo dicho, en hora y cuarto y rapidito.

Llegué a casa bien, contento con el concierto pero teniendo claro que no pasara a los anales de mi intrahistoria. Por cierto, comentar una cosa: la cantidad de gente de fuera de Galicia que había; especialmente portugueses que cruzaron la frontera para ver a los Arctic Monkeys.