El oscuro gremio de la hostelería

Ayer, cuando contaba que iba a escribir este artículo, los que me acompañaban a la mesa se reían. Ahora mismo se darán cuenta que no hablaba...

Ayer, cuando contaba que iba a escribir este artículo, los que me acompañaban a la mesa se reían. Ahora mismo se darán cuenta que no hablaba en coña.


Ayer, por segunda vez, me acerque a una cafetería muy próxima al hospital de Pontevedra. Allí pedimos tres cafés y un agua, tuvieron el gustoso detalle de ponernos algo para pinchar. Para el agua: un minibocadillo de salchichón con queso, en pan de baguette recién hornada (es un local pastelería, panadería, cafetería) y para los cafés nos pusieron esto:

Yo, que soy de Ourense, no estoy acostumbrado a tales aperitivos, por lo cual me sorprendió como ya lo había hecho la media napolitana que nos habían puesto la primera vez. La primera vez no había pagado (mi hermano en un gesto de magnificencia me había invitado) y cuando me acercaba a la barra hacia mis cabalas "café + pincho + única cafetería cercana al hospital = $$$" pues no, ¡¡¡1 euro!!! Realmente me ha sorprendido.

En Ourense ese café con el pastelito que veis en la foto (solo uno evidentemente) y en las mismas circunstancias (única cafetería cercana al hospital de la ciudad) me hubiese costado como mínimo el doble, con un poco de suerte.

El caso de esta cafetería no es único, ya que en Pontevedra las tapitas (pastelitos, pinchos, galletitas...) es una costumbre. A ver cuando aprenden los empresarios hosteleros de Ourense.

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