Barcelona en mi Semana Santa (I)

Segundo viaje de este mes, y creo que será el último en algún tiempo ya que las personas tenemos esa mala costumbre de trabajar, para ganar ...

Segundo viaje de este mes, y creo que será el último en algún tiempo ya que las personas tenemos esa mala costumbre de trabajar, para ganar sucios billetes que servirán para comprar comidita para comer todos los días. Visitaba en esta ocasión la Ciudad Condal, es decir, Barcelona.

Lo peor de viajar, sin duda son los malos horarios, quizás buenos para otras cosas pero no para estar en un aeropuerto a las 7:30 de la mañana, demasiado temprano sin duda. Una de las cosas que me gustaría destacar del viaje es que compartimos vuelo con un equipo de baloncesto: Akasvayu Vic, que volaba de vuelta a Barcelona tras vencer al COB en Ourense, el día anterior. Es cruel ver como los jugadores de baloncesto se convierten en contorsionistas para sentarse en un asiento de avión; el pobre Dragusin y sus 216 centímetros en el asiento eran una imagen dantesca. El vuelo sin complicaciones, y la llegada a Barcelona se realizó en el tiempo previsto.


Tras salir de la terminal B del aeropuerto de Prat nos dirigimos a recoger las llaves del apartamento que se convertiría en nuestra base de operaciones durante cuatro días y sus respectivas tres noches. Una vez instalados y con toda la mañana por delante decidimos recorrer uno de los parques más emblemáticos de Barcelona y puede que quizás de España: el Parque Güell, una creación del arquitecto Antoni Gaudí en colaboración con su mecenas Eusebi Güell. Subir al Parque Güell caminando es toda una experiencia: nosotros subimos por la Bajada de la Gloria, que como su nombre indica bajarla es una gloria, subirla, hasta su tramo final donde hay unas escaleras mecánicas, es un poquito castigo.

(continuara)

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