Mi viaje a Londres (y V)

Ya entrada la noche, desde Piccadilly nos dirigimos a Sant John’s Wood, concretamente buscábamos Abbey Road. Reconozco que no soy muy de Bea...

Ya entrada la noche, desde Piccadilly nos dirigimos a Sant John’s Wood, concretamente buscábamos Abbey Road. Reconozco que no soy muy de Beatles, que siempre me han tirado más los Rollings, pero como es lógico me saque una foto en el paso de peatones que aparece en la mítica portada del desparecido cuarteto inglés. Tras ello, ya tarde, al hotel a descansar. Ese es uno de esos momentos en los que parece que el tiempo no ha transcurrido ya que todo sigue exactamente igual que cuando The Beatles tomaron la fotografía: los arboles, las aceras, las casas… lo único en lo que se percibe el cambio es en las farolas que anuncian el paso de peatones. El muro de los estudios de grabación Abbey Road, está completamente dibujado: flores, dibujos, poemas, canciones y palabras, de todos los colores y en todos los idiomas. Aunque no lo creáis uno de los momentos más emocionantes (véase emotivos) surgió en ese momento: solo en la noche, leyendo el muro encontré allí escrito, en pleno Londres “María estuvo aquí “ y bajo esa sentencia tan española, en bolígrafo verde ponía “e Carmen tamén, pero chegou maís tarde”… Aquella ironía tan gallega, en pleno Londres…


En nuestro último día en la capital inglesa y con la maleta a cuestas, nos dedicamos a pasear por Kesington Garden y Hyde Park, donde descubrimos a Peter Pan o contemplamos el Royal Albert Hall, hasta llegar al Speaker Corner, fue una pena no poder contemplar ningún discurso (aunque dudo que entendiese mucho), fue una pena no haber preparado uno en inglés y lucir así mi oratoria ante los transeúntes que por allí pasaban, la mayoría de ellos turistas en busca de su autobús.




Paseamos hacia Marbel Arch atravesando sus jardines y dejando a nuestra mano izquierda para tomar el metro que nos conduciría a Victoria Station. Y llegamos a Victoria, allí tras un té en un Starbucks cercano, comenzó nuestra despedida de la capital, cogimos el autobús que de nuevo nos llevaría a Stanted, la meta y salida de nuestro viaje a las Islas Británicas.
Sin duda me hubiese gustado vivir más Londres, pasear más o mejor dicho, con más calma por sus calles. Conocer el Camden Town en profundidad. Hablar su idioma. Y miles de pequeños detalles más, sin duda repetiré (mejor, repetiremos), y os animo a todos a ir, Londres no decepciona, y los ingleses no tienen tanta flema.

The End

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