Ayer de nuevo visité Pontevedra la velada tuvo un sabor agridulce.
Agrio porque ayer teníamos programado ver a Raúl (la verdad es que no tengo ni idea de quien es, pero así lo presentaba el cartel anunciador de conciertos) que titulaba su concierto Sabinenado entre Silvio y Milanés. Hace un mes que estaba esperando conocer a Raúl pero gracias a la denuncia de un vecino (se nos ha comentado que el del tercero) la Sala Star (de la que os hablaba hace unas semanas) ya no organizará más conciertos. Mal asunto, quedan pocos lugares con música en vivo como para ir eliminándolos.
La parte dulce fue la cena, no por la comida (que tampoco estaba nada mal) si no por el lugar. Con el buen tiempo, ayer fue genial y hoy tiene la misma cara, afloran las terrazas. Siempre me ha fascinado cenar al aire libre, entre casas de piedra… no sé porque, pero tiene un encanto especial. Ayer conocí, en plan tapeo, la Plaza de la Verdura, muy recomendable.
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