El Yin y el Yan de Rudy Fernández

Sin duda Rudy Fernández es uno de los mejores escoltas de la ACB e incluso de Europa, un talento físico y técnico. Lo que es indiscutible es...

Sin duda Rudy Fernández es uno de los mejores escoltas de la ACB e incluso de Europa, un talento físico y técnico. Lo que es indiscutible es que Rudy es uno de los pilares de la buena temporada del equipo catalán.

Pero como siempre, tanta luz, tanto talento, provoca sombras. Las de Rudy son claras, y ayer a la noche se afanó en demostrarlas: su excesivo teatro suele desembocar en esos instantes de locura que lo lastran y lo convierten en ese ser bipolar. Bipolar porque varía entre estrella y estrellado, entre luces y sombras… Incluso para la afición, amado o odiado; con Rudy no hay grises, no hay términos medios, nadie es indiferente.


Ahora voy a dar mi opinión personal, que repito, es personal, propia y mía, que no pretende influir nadie: para mí Rudy es un gran payaso, uno de esos jugadores a los que odias, que te desquician como rival (tanto en la grada como en la pista). Pero esto es un gran circo, y los payasos, en muchas ocasiones son los reyes de la pista, y Rudy es uno de ellos.

Sin comparaciones absurdas o metáforas circenses: el día que Rudy se eduque mentalmente (Aito debía ayudar más y no incentivar su mala actitud) Rudy se convertirá en un superclase, en un ejemplo para niños, que actualmente no lo es. ¿Cómo le explico yo a un niño que lo que hace Rudy no se puede hacer? Rudy debe entender que además de meter mucho, de jugar barbaramente al baloncesto debe ser además un ejemplo para los niños, que le siguen y que admiran esa camiseta verdinegra con el cinco a la espalda.

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