Partimos de una cinta como Pequeña Miss Sunshine, pero con el paso de los minutos, Juno se convierte en un verdadero drama, de esos en la que la gente sensible se agarra el pecho y suelta una de esas lágrimas que recorren su cara como en cámara lenta; pero Juno tiene una gran y maravillosa particularidad: su sarcasmo.

Los diálogos son vivos, con buen ritmo, mordaces, no aburren en ningún momento. Actuaciones solidas y una banda sonora bonita: llevo desde anoche tarareando una de sus canciones, la buscaré.

El trabajo de Ellen Page (Juno) es incuestionable, en todo momento consigue que no perdamos detalle de sus palabras ni de su delgadez que se ve alterada al estar esperando al bebe, Juno es ácida, sarcástica y atípica... Me ha gustado. Tampoco se queda atrás Michael Care (se amigo-compañero-novio) que desde su cara de susto consigue enternecernos. Mención especial a J.K. Simmons que hace el papel de padre, su trabajo está a la altura del de Page.

No puedo terminar esta crítica sin volver a recordar el gran final, me parece sensacional, tierno, maravilloso, mágico.