My Life (II)
18:57:00
Él se marchó a cientos de quilómetros a la universidad, yo mientras me quede en casa. Los primeros meses pasábamos juntos todas sus visitas a casa, o mejor dicho, a lo que había sido su casa, un lugar que le resultaba extraño y frío. Poco a poco esas visitas se iban haciendo más y más distantes y solo nos veíamos de vez en cuando, cada vez que lo hacíamos recordábamos los viejos tiempos repetíamos aquellas canastas que tan felices nos habían hecho e imaginábamos aquellos mates que nunca habíamos pegado, siempre con una sonrisa en los labios. Sin duda aquellos momentos de añoranza eran perlas de calidad.
En mi interior albergaba la creencia que tras la carrera, esa que haces para ganar más dinero pero que le gusta más a tu padre que a ti, todo volvería a ser como antes: los dos juntos, amigos inseparables pasando horas juntos desde que el sol estaba en lo más alto hasta que las estrellas iluminasen el aro… pero en ocasiones, las cosas no son soñamos o como nos gustaría que fueran… Tras la carrera, él volvió a casa, de la mano la traía a ella, era rubia, con unos ojos azules como el mar de las postales de esos países a los que nunca he viajado. Nuestras horas juntos se reducían a las mañanas de los sábados cuando no había que visitar a los padres de ella, reconozco que la relación se enfrió como nunca pensé que lo hiciese, pero cada vez que estábamos juntos… cada vez que estábamos juntos surgía la magia.
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