Y se terminó

Todo lo bueno llega a su fin y ayer la singladura del OGT llegó al suyo (por esta temporada). Para mí hace un año, más o menos, que comenzó ...

Todo lo bueno llega a su fin y ayer la singladura del OGT llegó al suyo (por esta temporada).

Para mí hace un año, más o menos, que comenzó este proyecto cuando Chechu, por aquellas entrenador de Universidade Femenino me propuso hacerme cargo del banquillo OGT. No lo voy a negar, respondí sí, con una seguridad aplastante, sin saber nada, pero no sé interiormente algo me decía que aquella oferta merecida la pena. Doce meses después puede asegurar que esa bocecilla interior no se equivocaba en nada.


Con el paso de los días fui conociendo al resto de integrantes de este ¿club?¿equipo?... mejor: de esta gran familia. Comenzamos con unas cervezas para planificar el equipo, la temporada, dar ideas; más tarde descubrí la pista donde entable relación con los más longevos del lugar. Por aquellas fechas de agosto pasamos lo peor, jamás pensé que costara tanto sacar un equipo senior. Tanto tiempo, tanto esfuerzo, tanto dinero, tantas preocupaciones... (aun recuerdo el casting para Superpivot OGT 07 al ritmo de Supermodelo). Pero con esfuerzo y tiempo (cuantas horas, verdad Víctor) logramos sacarlo adelante... nuevos fichajes, nuevo patrocinador, un nuevo hogar...

Como primer acto oficial una gran cena en casa Chechu, como debut oficial mi ex equipo y como estreno una victoria; como fruto de nuestro trabajo (y el de los amigos que nos ayudaron) un ascenso. Ascenso que nos une como equipo, como grupo, como amigos.

Estos nueve meses han sido de todo menos normales, han pasado miles de cosas, lesiones, fichajes navideños, excursiones varias, miles de refrescos, victorias y alguna que otra derrota, pero siempre con un denominador común: juntos, como un equipo de verdad y no de esos que salen por la tele.

Ayer la temporada tocó a su fin (pendientes quedan alguna cena y/o alguna churrascada), ayer perdimos... Y como duele perder... Pero terminamos orgullosos porque luchamos como los gladiadores romanos en la arena de Coliseo aunque al final el león nos comiera.

Agradecer a cada uno de vosotros (los jugadores) cada segundo de intensidad, cada gota de sudor, cada instante de juego: pediros perdón por las formas, los gestos y las malas pablas, por los gritos innecesarios y por cada error cometido.

Gracias también a todos los que nos habéis apoyado en cualquier momento porque esas palabras, esas palmadas en los buenos y malos momentos nos hacen sentir mejor, sentir que no estamos solos en la pista, nos hace sentir importantes (aunque no lo seamos) y útiles. Gracias.

Ahora sí podemos decir: Club Baloncesto OGT... más que un club

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