Sin duda la actuación de Jared Leto es buena, realmente buena, su transformación física es sobresaliente: ha engordado unos 28 kilos para parecerse más a Chapman. La obsesión de Chapman por El Guardián del Centeno y su personaje principal es otra de las guias de la película.

Una cosa que me ha gustado mucho son los planos del edificio Dakota (las verjas son impresionantes). El edificio Dakota ha estado marcado por los acontecimientos macabros a lo largo del siglo XX: comenzando con los rumores de que Boris Karlof practicaba la ouija en las instalaciones, luego llegó el poeta y mago negro Aleister Crowley, padre directo del Satanismo (inventó la Ley del Thelema) que practicaba misas negras en una de las habitaciones, pero la leyenda no se consolidó definitivamente hasta la masacre perpetrada por el Clan Manson. Sé que no tiene que ver con el film en sí, pero realmente es lo que más me ha gustado.

La película no es mala, pero algo falla; no sé por que, pero la película terminó por cansarme y hacerse larga. Quizás los problemas mentales del asesino llegan a aburrir y cansar al espectador que por momentos solo espera que maten a Lennon y así llegar al fin de la cinta. Lo siento, pero no la puedo recomendar.