En 1969, Enric Bernat (fundador de Chupa Chup) fue a Figueras para conseguir que Salvador Dalí, confeccionase un logotipo para el asalto del caramelo a los mercados exteriores. Una hora más tarde y recibiendo una suma millonaria a cambio el artista surrealista ya tenía hecho trabajo, además Dalí fue quien aconsejó a Bernat que lo colocara siempre en la parte superior del caramelo tal y como nosotros lo conocemos en la actualidad.

Por cierto, hasta aquel momento, el logotipo de Chupa Chup se trataba de una niña con un caramelo en la boca.