Vacaciones Estivales (III)

Aprovechamos los Ășltimos minutos de luz para subir hasta o SĂȘ de Lisboa y ver la ciudad desde los miradores que la rodean: miramos como el D...

Aprovechamos los Ășltimos minutos de luz para subir hasta o SĂȘ de Lisboa y ver la ciudad desde los miradores que la rodean: miramos como el Duero pasa de rĂ­o a formar parte del mar, observamos como Barrio Alto se enciende, como el Elevador de Santa Justa llama la atenciĂłn de los viandantes… Un bocadillo en Restauradores y un paseo hasta La Brasileira para tomar un cafĂ© que servirĂ­a como despedida de este primer dĂ­a.


A Brasileira es un lugar Ășnico: es uno de esos viejos cafĂ©s con sus lĂĄmparas de araña y su barra de madera, con sus mesas de mĂĄrmol gastado por el uso y sus espejos tras la barra. Es un cafĂ© donde Fernando Pessoa esperaba que las musas llegasen, tomaba un cafĂ© con ellas y se iban juntos a crear bellas poesĂ­as. Ahora se ha convertido en un reclamo turĂ­stico, sus precios asĂ­ lo confirman, pero sigue teniendo ese aire, en cualquier momento puede aparecer ese mĂșsico callejero con su guitarra o esa pareja que entona ritmos africanos acompañados por un instrumento de difĂ­cil definiciĂłn… todo es posible en la terraza de A Brasileira.

El segundo día recibimos la grata sorpresa de que era el día internacional de la juventud y que el metro nos saldría gratis, así que aprovechamos para visitar Lisboa dejando el coche aparcado en el hotel y nos metimos bajo tierra para conocer Lisboa. Comenzamos por Chiado, la zona mås de compras de Lisboa, paseamos entre la gente que cargaba con sus bolsas llenas de ropa que se pondrån un par de veces y olvidaran en el fondo de su armario. Llegamos a Restauradores y desde allí tomamos camino a Alfama; Alfama es un barrio medieval, una aldea dentro de una ciudad, no tiene piezas artísticas que visitar, ni vistosas fachadas arquitectónicas, su esencia, la sencillez de sus calles, la melancolía de sus paredes agrietadas todo esto le da ese aire tan especial que tiene. Si elegís esta ruta entre Restauradores y Alfama podeis visitar la iglesia de Nossa Senhora da Conceiçao Velha, con su bonita fachada, y A Casa dos Bicos, que realmente a mí no me gusta y que ademås me parece decepcionante, pero que todo el mundo que visita Lisboa habla de ella.

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