Primero debo comentar que la versión que he visto de Funny Games es la segunda, el remake americano de la homónima película austriaca. ambas dirigidas por Michael Haneke, con el único cambio de Naomi Watts que toma el relevo de Susanne Lothar en el papel de la madre protagonista de la película.

Las críticas que precedían a esta cinta eran maravillosas: "la mejor película de los últimos años", "una obra maestra" y cosas por el estilo; quizás por eso me decepcionó tanto. Reconozco que visualmente es un perfecta: luces, sombras, colores, músicas... pero en todo momento sabes que hay algo que no convence, ¿la perfección de la obra? Quizás.

Se me convierte en lenta, sé que muchos de vosotros diréis que es para darle más angustia a las situaciones, pero creo que la angustia no se consigue por la lentitud, si no por la carga mental que la cinta nos transfiere. No, no me convence en absoluto.

Evidentemente, Funny Games tiene ciertos puntos interesantes, sobre todo uno: los personajes se comportan como son y no como haríamos nosotros o como nuestra ética nos dice; se comportan cada uno como los que son: miedos, perros, llorones, sádicos... Las miradas de Michael Pitt a la cámara, cuando habla de tú a tú con el espectador son realmente buenas y, personalmente, me provoca una sonrisa ¿humor negro? Puede ser.

No puedo recomendar Funny Games simplemente por estos detalles, la recomiendo para que vosotros elaboréis vuestra propia impresión de esta "gran obra" del cine moderno; pero lo dicho, a mí me ha decepcionado.