Los Girasoles Ciegos

Este sin duda es un día estupendo para colgar esta crítica, ya que ayer, la película de la que hoy hablaremos, Los Girasoles Ciegos , ha sid...

Este sin duda es un día estupendo para colgar esta crítica, ya que ayer, la película de la que hoy hablaremos, Los Girasoles Ciegos, ha sido alegida precandidata a los Oscars.


Sin duda elegimos Los Girasoles Ciegos por un motivo fundamental: está grabada en Ourense, en las calles que hemos pisado miles de veces... Sin duda es una sensación rara ver como se cuenta una historia en las calles en las que tú mismo las has vivido.

En esta ocasión las calles y los claustros nos cuentan una historia de vencedores y vencidos, de los que pisaron a su antojo y de los que fueron pisados. Nos hablan de represión, nos habla de una de esas historias necesarias, el único problema es que esta historia ya nos la han contado demasiadas veces de la misma manera. El comienzo de la cinta es difícil, no por lo que nos cuenta, si no por como nos lo cuenta, poco a poco la película va cogiendo cuerpo.

Los actores pasan por la cinta alguno con más gloria que otro: Cámara (del que hablábamos hace un par de días) es el mejor de la cinta, aunque se nos quedará la sensación que el personaje no le va demasiado; pero de igual modo tiene un par de buenos momentos. Raúl Arevalo (el cura) no me llega a convencer en ningún momento, de acuerdo, su mirada es desconcertante, pero más al estilo El Resplandor que el de fascista dolido. Por último Maribel Verdú, bien, según los entendidos "magnífica", a mí simplemente me resulta correcta.

Me he quedado con las ganas de conocer mucho mejor al personaje de Javier Cámara, quizás el más interesante la cinta. Quizás esperase algo más de la cinta, reconocer que un poquito decepcionante sí ha sido, pero decir que si os apetece ver una pequeña parte de Ourense esta puede ser una buena manera.

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