Aunque toda la semana nos repitiésemos una y otra vez que era un partido más, todos llegamos ayer al pabellón con una losa de 20 kilos encima (algunos en las piernas, otros sobre la espalda, en el estómago…). Era el primer partido de liga, en una nueva categoría, pocos entrenamientos, apenas amistosos…

Comenzamos el partido como siempre lo hemos hecho, por debajo en el marcador, pero jugando aceptablemente bien. Pero anotamos y esa losa se esfumó, seguimos jugando nuestro partido (sabíamos que si nos dejábamos guiar por su ritmo estábamos muertos), ¿ellos anotaban? Da igual, nosotros a lo nuestro: defensa dura y en ataque jugando nuestro baloncesto. Paso a paso, poco a poco logramos igualarlos y con igual ritmo logramos imponernos para así terminar el cuarto con una ventaja de 10 puntos (18 a 8) que sin saberlo se convertiría en la tónica habitual del encuentro.

En el segundo cuarto predominaron los errores defensivos por parte de ambos conjuntos, errores en los pases, mala selección de tiro y absurdas pérdidas por parte de los dos equipos. Los visitantes vivían de acciones individuales de sus hombres exteriores mientras por nuestro lado los ataques eran más fluidos anotando todos nuestros hombres. La diferencia se mantuvo constante (con pequeñas oscilaciones) durante todo el cuarto, siendo el tanteo del mismo 14 a 14, para llegar al descanso con el consabido 32 a 22.

Comenzamos la segunda parte del encuentro como solomos hacer: fríos. ¿Hacemos algo mal en los descansos? Todo lo contrario que los chicos de Ribadavia, que salían muy metidos en el partido. Su ritmo, mucho mayor que el nuestro, y nuestra escasa afectividad cara el aro le llevo a colocarse a únicamente 4 puntos de diferencia (siempre a nuestro favor). En eso momento, el equipo respondió metiéndose de nuevo en el partido y los tiros claros que antes fallábamos fueron entrando. Esto sumado a nuestra defensa consiguió que de nuevo nos despegáramos un poco en el marcador, terminando con 8 puntos de diferencia el cuarto (44 a 36).

En el último cuarto Ribadavia se rompió físicamente y a partir de ese momento nos dedicamos a administrar la ventaja, logrando por momentos hacerla más amplia, pero terminando en 9 puntos: 60 a 51. Sin duda no hay mejor manera de comenzar el año baloncestístico que venciendo a uno de esos equipos que nunca salen en las quinielas pero que siempre consigue estar ahí arriba.

Box Score: Óscar (11), Emilio (12), Sampedro (4), Doval (3), Alberto (4) - cinco titular- Raúl (10), Víctor (3), Héctor (-), Javier (6), Kike (-), Dario (7)

Foto cortesía de Oscar