En el cine francés ha habido un antes y un después marcado por Amélie, una joven bella y encantadora que busca la bondad en los demás, que utiliza la tolerancia como arma y que únicamente quiere ser feliz haciendo felices a los que la rodean. Pero ya no es solo el personaje, también es la estética, sin duda naif donde se busca una imagen cargada de sentimientos.

El problema es que no todo el mundo es Jean-Pierre Jeunet, ni todas las actrices son la princesa Tautou. En Odette, una Comedia sobre el Amor, Eric Emmanuel Schimitt no consigue ese efecto con su “Amélie madura”, no nos llama, no nos hace sonreír, únicamente consigue empalagarnos, con clichés que ya hemos visto.

Es una historia plana, previsible y con engaños que no nos logran convencer y que se desarrollan sin fuerza, tanto argumental como emocional. Además a la vida de Odette se le unen sucesos un tanto “peculiares” (¿qué coño pinta Jesús en esta cinta? ¿Alguien me lo puede explicar?).

Si la veis, y la aguantáis, la definiréis como una mala copia de Amélie, tanto en la trama, como en la forma: planos frontales, miradas inocentes, saturación de colores… Sin duda un fallido intento de ser originales. Lo mejor: seguro que la olvido con la suficiente rapidez para librarme de prejuicios sobre el cine francés.