A todo porco lle chega o seu San Martiño (a todo cerdo le llega su San Martín) ¿Quién no ha escuchado esta maravillosa y retranqueira frase un ciento de veces? Y cuanta razón tiene.


Pero en las últimas semanas, algo, en el interior de nuestra patria, se está moviendo. Todo comenzó cuando La Voz de Galicia publicaba un artículo, escrito por Santi Garrido, donde se nos contaba la vida de Quinín. Y ahora os preguntareis ¿Quién es Quinín? Quinín es un cerdo al que le queda un mes de vida, porque como ya he dicho antes a todo porco lle chega o seu San Martiño.

Pero es que Quinín no es un cerdo normal (ya no por sus 200 kilos de peso). Hagamos un pequeño resumen de la vida de este lindo marrano: Quinín fue comprado, aun lechón, por Antonio Caramés en una feria en Dumbría (Coruña) y en este año y medio, en vez de retozar en el lodo como haría un porcino común Quinín ha preferido una vida diferente: como si se tratase de un perro comenzó a pasear con su dueño, a cumplir ordenes (“porco senta aquí” y Quinín raudo y veloz tomaba asiento…). Pero ya se sabe a principios de diciembre Quinín, si nada lo impide, pasará por el frío acero del cuchillo del matarife. Tila, la perra de Antonio, se quedará sin compañero de juegos, Antonio, sin compañía en sus paseos…

Ahora el gorrino, convertido en estrella mediática (le han entrevista hasta para la televisión catalana, en España Directo, Está Pasando...) acelera sus últimas semanas de vida… si nada lo impide. Carpe Diem, Quinín.

Amigos, hagamos presión. Que nuestros políticos salgan de sus despachos ¡Salvemos a Quinín! ¡Freedom for the Porco!