Es injusto que al cine español no se le recuerde por películas como esta, siempre nos acordaremos de Almodóvar y sus mujeres, de Segura y su Torrente pero es muy probable que por vergüenza o porque su distribución no es la de una gran película ignoremos cintas como Escuchando a Gabriel.

Escuchando a Gabriel, segunda película del director valenciano José Enrique March, es sin duda una de las cintas más románticas que he visto del cine español.


Reconozco que cuando vi a Silvia Abascal en la pantalla mire la pantalla y pensé hacia mis adentros “lo que me faltaba… una españolada, veamos cuanto tarda en enseñar las tetas” pero no, la actriz da vida a un gran personaje de una manera verosímil. Encontraremos también a Antonio Dechent que por una vez aparca su vena canalla y se nos muestra como padre sentimental. Pero brilla por encima de todos Javier Ríos, excelente actuación la del joven actor que da vida a Gabriel, que comparte sus miedos con nosotros y que con su simple y extraña mirada llena en todo momento la pantalla.


El único pero es la trama del anticuario, al inmiscuirnos en ella abandonamos esa sensación de “verdad” que nos trasmite el resto de la cinta; está esbozada cuando es resto de la cinta está sumamente perfilada y eso se nota, se nota que carece de importancia, que da igual, que solo importa el objetivo y que se desprecia.

Mención aparte la banda sonora. Sin duda los amantes de la música clásica o empedernidos melómanos están de enhorabuena con esta cinta ya que la música juega un papel fundamental en esta cinta, siendo en ciertos momentos de la misma el hilo conductor.

He leído por el red que Escuchando a Gabriel es una película para mujeres, que es irreal y doscientas cosas más, pero personalmente me parece una gran película dentro del cine español, muy lejos de lo que estamos acostumbrados a ver y que merece la pena.