Hace tiempo os conté que me había impresionado mucho el programa de Cuatro: Informe Robinson. Todo se debió al reportaje (al informe) sobre el maratoniano etíope Haile Gebrselassie, sin duda una de las cosas más impresionantes, emocionantes, emotiva y así miles de adjetivos que he visto en la televisión en los últimos años.

No quiero engañar a nadie, a mí el nombre de Haile Gebrselassie poco (o nada) me decía antes ese nombre. Por ello escribo hoy este post para saber quién es Gebrselassie.

Haile Gebrselassie nació el 18 de abril de 1973 como ya he dicho antes en Etiopia, concretamente en la provincia de Arsi. Tras estos datos biográficos comienza la leyenda del etíope: el pequeño Haile nunca estuvo en el equipo de atletismo, nunca tuvo un entrenador personal, el pequeño Haile, con 8 años, para ir a la escuela tenía que recorrer 10 kilómetros (evidentemente 10 de ida y otros tantos de vuelta) descalzo y cargado con sus libros. Los expertos dicen que actualmente, muchos años después, este factor se puede apreciar en el correr de Haile: apenas mueve su brazo izquierdo (bajo él iban sus libros) y sus talones apenas tocan el suelo, corre de puntillas, para así evitar clavarse pequeñas piedras en sus pies.

En 1992 Haile saltó a la fama cuando consiguió ganar los campeonatos del mundo sub 21 de 5.000 y 10.000 metros y un año más tarde lograría el campeonato del mundo de 10.000 y el subcampeonato de 5.000 en la categoría absoluta. En solo tres años se convirtió en el record mundial de ambas distancias, doble campeón del mundo y doble campeón olímpico. En los años posteriores se dedicó a pulverizar sus propios records y a obtener el de 3.000 metros indoor. Sin lugar a ningún tipo de dudas se convirtió en el rey de esas distancias durante la década de los 90, incluso renovó su oro en Sydney 2000 en su especialidad: los 10.000 metros.