Pudor

Pudor , así se titula el debut tras la cámara de Tristán Ulloa que se acompaña de su hermano David para adaptar a la gran pantalla la novela...

Pudor, así se titula el debut tras la cámara de Tristán Ulloa que se acompaña de su hermano David para adaptar a la gran pantalla la novela homónima de Santiago Roncagliolo (aunque la historia que nos muestran los hermanos Ulloa trascurre por las calles de Gijón en vez de las de Lima).

Existe un tipo de películas en que el espectador no se puede limitar simplemente a verlas, si no, que además las tiene que vivir, sentir, compartir… no sé si ha quedado suficientemente claro lo que quiero decir pero si en algún momento veis Pudor entenderéis perfectamente lo que quiero decir. Partiendo de la anterior premisa puedo decir que la cinta y yo no llegamos a conectar en ningún momento, no pude ver en ningún momento por los ojos de esa ama de casa abnegada, de ese hombre que camina tachando días hacia su muerte, de esa niña o del anciano que lucha en su cabeza por encontrar el amor… quizás sí en algún momento con el niño que ve fantasmas y vive dos realidades diferentes.

Pudor es una cinta densa que por momentos parece que no avanza, que no transcurre. Supongo que será por su ritmo y por ese aire tan amargo y triste que impregna la cinta.

El final, previsible desde la mitad de la cinta, deja demasiados cabos abiertos acrecentando la sensación de no haber visto nada o que lo que has visto no te ha aportado nada. Sin duda le falta ese algo.

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