Desde que lo vi en American History X, Edward Norton se convirtió en uno de mis actores favoritos. Sin duda su papel de Derek Vinyard fue impresionante; pero Norton hay ido más allá y se ha colocado tras la cámara para dirigir sus propias cintas. La primera fue esta Más que Amigos, una comedia romántica que forma un triangulo amoroso entre un cura, un rabino y una mujer de negocios (¿a que suena como uno de esos típicos y malos chistes?)

Y quizás ese sea el mayor problema de la cinta, que la dirige Edward Norton y que lo recordamos como Derek Vinyard o Eisenheim y de golpe nos encontramos con una típica película sin pretensiones, una cinta de sobremesa. Acepto que tiene grandes momentos: por ejemplo la conversación entre Edward Norton y Milos Forman (sí, el famoso director de cine) o interesantes ideas: la coexistencia en armonía de dos religiones. Pero sintiéndolo mucho Más Que Amigos es una película simplista que se desarrolla según los tópicos básicos de amistad, amor y ternura.

Una película que servirá para ver el cambio de registro del increíble Norton, pero que realmente no dejará ningún poso al espectador que se siente ante ella. Quizás la imagen de Jenna Elfman, que en esta cinta se parece sospechosamente a Cameron Díaz.

Eso sí, esta cinta guarda una sorpresa: "Que los que nos aman, nos aman. Y a los que no nos aman, que Dios les haga cambiar. Y si no consigue hacerles cambiar, que les provoque un esguince, para que les reconozcamos por su cojera", gran frase.