Californication (1ª temporada)

Como podéis comprobar en el blog últimamente tengo algo abandonado el cine, esto es debido a varios motivos: el primero ha sido el viaje a B...

Como podéis comprobar en el blog últimamente tengo algo abandonado el cine, esto es debido a varios motivos: el primero ha sido el viaje a Berlín, lo he dividido en siete entregas (como ya habéis visto) y no me parecía apropiado colgar un capítulo del viaje y una crítica de cinta el mismo día. La segunda es Californication.

Algunos de vosotros ya conoceréis esta serie que hace unos meses emitió Cuatro pero para los que no la conozcáis hago un pequeño resumen: el protagonista de la serie es Hank Moody, interpretado por David Duchovny (sí, Fox Mulder), un escritor de éxito que se traslada desde Nueva York a Los Ángeles para seguir la adaptación al cine de una de sus novelas. La película le resulta horrible aunque sea un taquillazo, la odia y detesta haber tenido algo que ver con ella. Pero este no es el mayor de sus males, su mujer y su hija ya no viven con él, le han abandonado por inmaduro, irresponsable y cínico. Pues desde este punto de partida de la serie donde veremos como Hank Moody intenta reconstruir su vida.

La serie ha sido tachada de serie con alto contenido sexual, de contener sexo explicito y eso es innegable, es verdad; pero Californication va mucho más allá de eso, cuenta como un hombre puede hundirse e intenta recuperar su vida, con sus aciertos y sus errores (muchos por cierto), los doce episodios de la primera temporada nos cuenta esa bajada a los infiernos (a través del sexo, la bebida y las drogas) y como poco a poco Hank gatea para salir de ellos. En ciertos aspectos el personaje de Hank Moody nos recuerda a Doctor House, a ambos lo importa poco (o nada) lo que el resto del mundo piense de ellos y ambos son un torrente de sinceridad e ironía. Ninguno de ellos intentará caer bien a nadie, ni hacerse el simpático; aunque ambos en el fondo son dos niños grandes con ganas de recibir cariño, son esos anti-héroes que tanto gustan.

Los diálogos son sutilmente crueles y ácidos, en ningún momento buscan la carcajada pero sí resultan divertidos y fáciles de ver (en cierto momentos te preguntas ¿ya ha pasado media hora?). Californication no tiene altibajos (excluyendo los dos últimos minutos de la temporada, un gran tropezón de los guionistas, está claro), todos los capítulos están cargados de sexo, ternura, amor, pero sobre todo de nostálgica por los momentos perdidos.

Por cierto, para los que os animéis a ver la serie, o la hayáis dejado colgada tras el primer capítulo: la serie a medida que avanza va dejando el sexo a un lado y encarando más los sentimientos de Hank.

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