El punto principal de la cinta es el hotel Million Dollar, un lugar situado en Los Angeles y poblado de indigentes y dementes, yonkis y prostitutas, que desde su vestíbulo sueñan con vidas mejores lejos de la pobreza y las drogas. Allí nos encontramos a Tom Tom quien se convertirá en el narrador de nuestra historia.

Tom Tom está interpretado por Jeremy Davies, inocente, cándido, entre un mundo real y uno de ilusiones… lleva sin ningún problema el peso de la cinta y consigue empatizar con el espectador desde un primer momento. La compañera de Tom Tom es Eloise, Milla Jovovich que en este caso está muy lejos de sus papeles en lastimosas cintas como Resident Evil o El Quinto Elemento, quizás el mejor papel de su carrera. El que no me ha gustado nada ha sido Mel Gibson, una cosa es burlarse del típico papel de poli duro y otra muy diferente es convertirse en un personaje cargado y a la vez histriónico.

Y es que ese tono de comedia en ciertas ocasiones es lo que hace que The Million Dollar Hotel no sea una cinta redonda; la burla de Gibson está muy alejada de la demencia de Davies y es cuando intentan juntarla donde somos conscientes del tropiezo de la cinta. Pero este pequeño detalle no debe oscurecer la hermosa historia de amor entre dos personas frágiles y desvalidas que ven el mundo con un prisma totalmente diferente al resto, una historia de amor cargada de sentimientos que dan a cada escena una fuerza impresionante; el último cuarto (al igual que el comienzo) es impresionante, soberbio, triste, melancólico, glorioso…

Una gran película, con momentos geniales que se abrazaran a nuestra memoria cinéfila para siempre. Una pequeña joya cargada de locura y poesía.