He pasado toda la mañana intentando escribir sobre el partido de ayer; ayer España jugó al baloncesto: fluidez en ataque e intensidad en defensa contra el anfitrión y con un pabellón abarrotado. Si a esto le sumamos el acierto en el tiro (13 de 25 en triples) nos podemos imaginar el rodillo que pasó ayer por encima de Polonia.

Una selección que por momento recordó aquella que logró el oro en Japón, con un Gasol intimidante desde el segundo 1, con un Juan Carlos Navarro tocado por la mano de dios (en el caso que éste exista), esa conexión que tanto gusta a los blaugranas y que tanto dolor causó a los madridistas. Pero ayer España fue algo más que eso: fue un equipo donde todos aportaron su granito de arena, por primera vez en el torneo ningún jugador terminó el partido en negativo.

Por su parte Polonia tan solo pudo aguantar y esperar que la tormenta pasase, sin mucho más que hacer. Un digno final para una de las sorpresas del torneo.

Hoy la prensa habla de nuevo de medallas, de Francia, de Tony Parker, de la ÑBA… Yo simplemente quiero ver un buen partido de baloncesto, un enfrentamiento entre la mejor defensa del campeonato (Francia) y un ataque arrollador (si continúa la pauta de lo escrito ayer), un partido entre viejos conocidos, baloncesto de verdad.

Por cierto, en un partido de preparación Nino Buscató comentó que el mayor problema de España es que este torneo para los jugadores comenzaba en cuartos de final… ¿lo de ayer entonces es fruto de una nueva actitud?

Polonia 68 (14+12+20+22): Szewczyk (0), Ignerski (0), Logan (20), Gortat (12) y Koszarek (17) -equipo inicial-, Szubarga (2), Roszyk (0), Chylinski (2), Wojcik (6), Lampe (7), Witka (2) y Skibniewski (0).

España 90 (23+19+29+19): Rubio (2), Navarro (23), Rudy (7), Garbajosa (5) y Pau Gasol (20) -equipo inicial-, Raúl (0), Mumbrú (8), Reyes (7), Marc Gasol (9), Llull (7), Cabezas (2) y Claver (0).