Tinta Roja es la adaptación a la gran pantalla de la novela homónima de Alberto Fuguet; una obra que narra las practica de un joven periodista que anhela ser escritor de éxito. En la cinta podemos ver su llegada al diario donde realizará las prácticas y vemos como a lo largo de dos meses se forma y como madura tanto profesionalmente como laboralmente.

Y es que Tinta Roja por momentos se convierte en una simple cámara siguiendo a un grupo de reporteros en una gran urbe peruana. Y es que Tinta Roja se deja llevar, no tiene más, simplemente una cámara tras Alfonso, nuestro joven amigo, vivimos lo que él vive, vemos lo que él ve… no hay más, no intenta juzgar, ni poner, no miente (aunque dibuja como al director le interesa). Tinta Roja no es un film esperanzador intenta ser un cinta real (incluso cruda por momentos).

Tinta Roja crea personajes bien construidos, quizás sí cargados de tópicos pero alejados de lo que el cine americano, norte-americano mejor dicho, nos tiene acostumbrados aunque sí hemos de reconocer que son los típicos: el bueno, el malo (que no es tan malo) y el feo. Pero a Tinta Roja se le pueden achacar algunas cosas: ¿por qué Fele Martínez y Lucia Jiménez tienen que fingir ese acento? ¿no hubiese sido más honesto que utilizarán el suyo propio ya que al final el idioma es el mismo?

Otra de las cosas que me han resultado extrañas de la cinta (con ello no quiero decir que sean malas) son los bailes, el lenguaje, la música… son peruanos; aportan a la cinta un color diferente y por momentos, para mí, desesperante.

Tinta Roja entretiene, no aporta, es verdad, pero nos hace pasar un rato ameno y por ello he decidido que para Tinta Roja:


pd.: no entiendo el por qué de Fele Martínez en el póster de la cinta... sobre todo cuando se trata de un personaje secundario que aporta lo justito a la cinta.