"No vamos ahí arriba en busca de éxito, vamos porque es lo que nos da vida" Alexei Bolotov

A veces un tema realmente lejano aparece en tu vida, te roza y te marca para siempre. Ese tema para mí fue en intento de rescate del alpinis...

A veces un tema realmente lejano aparece en tu vida, te roza y te marca para siempre. Ese tema para mí fue en intento de rescate del alpinista navarro Iñaki Ochoa de Olza en el Annapurna en 2008, sé que llegó en forma de reportaje de Informe Robinson y sé que desde ese día que llegó a mí nunca se marcharía ¿por qué? Pues realmente no lo sé y lo que es peor: me da igual…

En el rescate de Iñaki (perdón por tutearle) estuvieron implicadas muchas personas, lejos y cerca de la montaña, pero siempre se habla de los 14. Catorce hombres y mujeres que pusieron en juego sus propias vidas para bajar a un amigo y compañero de la una de las montañas, si no la montaña, más peligrosa de la tierra: el Annapurna. Uno de esos nombre propios (ni más ni menos importante que el resto) era el de Alexei Bolotov, quien con Iñaki y Horia Colibasanu intentaron conquistar la cima de Annpurna. La historia es ya conocida por todos: Iñaki y Horia decidieron, a 100 metros para hacer cima, dar la vuelta mientras que Bolotov continuó en solitario (lográndola). Esa expedición terminó con el fallecimiento del navarro, diversos problemas de salud para el rumano Colibasanu y un edema pulmonar para este ingeniero ruso del que hoy hablamos: Alexei Bolotov.


Alexei Bolotov era un ruso al que le gustaba escalar montañas desde los tiempos de la URSS, un ruso que era ingeniero en una planta de reciclaje y que tenía como afición llegar a los puntos más altos del planeta y por su curriculum lo hacía de manera excepcional, por ejemplo, se le concedió dos veces el Piolet d’Or (el máximo galardón de montaña): el primero de ellos en 1997 por abrir una nueva vía en la cara oeste del Makalu y la segunda en 2004 por la apertura de una nueva línea en la cara norte del Jannu.

Pero el currículo de Bolotov no termina ahí ya que podemos sumarle sus ascensiones al Everest: la primera vez lo hizo con oxígeno en 1998, y la segunda sin en 2002. Pero más valor todavía tiene otras escaladas como la primera ascensión del Lhote Medio (8.413 m) en 2001, cuando era la cima virgen más alta del planeta. O la cumbre del Thalay Sagar (6.905 m) en el Himalaya indio en 1999. Por no hablar de la más reciente apertura de la cara oeste del K2 en 2007, integrado en una gran expedición de su país. Su experiencia en los ochomiles incluye también Dhaulagiri (2005), Cho Oyu (2006), Manaslu (2009), el doblete G-I y G-II que realizó en 2010 y el del Kangchenjunga y Broad Peak de 2011.


El pasado 15 de mayo Alexei Bolotov se encontraba con Dennis Urubko buscando una nueva ruta (sin porteadores ni oxigeno) en el Everest cuando sucedió el falta accidente, tal y como relató el propio Dennis Urubko a un portal especializado en alpinismo (mountain.ru): "Alexei Bolotov iba a descender por una cuerda...en la arista de una roca afilada se ha deshilachado, y Alexei ha caído 300m por un barranco lleno de rocas... la muerte ha sido instantánea."

A los 50 años Alexei Bolotov ha encontrado un lugar en su lugar preferido: la montaña. En Dvurechensk, dos niños y una mujer lo lloran para ellos y para rendir respeto a uno de los mejores escaladores de las últimas décadas sirva este post.

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