Andrés Suárez y su mirada al Búho

Suelo comenzar todas y cada una de mis crónicas hablando de mi lucha personal contra el retraso en el comienzo de los conciertos, sinceramen...

Suelo comenzar todas y cada una de mis crónicas hablando de mi lucha personal contra el retraso en el comienzo de los conciertos, sinceramente, los habituales a este magazine conocéis mis múltiples enfados. Pues esta vez debo reconocer y agradecer el buen hacer de los amigos de Búho Club… en un concierto programado para las 21.00 horas y con un local aun no lleno dio comienzo el concierto con tan solo 10 minutos de retraso: Felicidades. Así que ya sabéis amigos-que-sistemáticamente-llegáis-tarde: es el momento de cambiar o comenzareis el concierto a la mitad.

Pero vayamos al concierto propiamente dicho. Llegaba el pasado viernes a La Laguna el cantautor de moda, el gallego Andrés Suárez, colgando el cartel de “no hay billetes” en la puerta del Búho Club. Y llegaba para presentar su último trabajo “Moraima” un directo de 14 canciones (en el que podemos encontrar 3 temas nuevos) y que, contra todo pronóstico se ha colocado en el número 5 de ventas en el ámbito nacional. 


Suárez ha conseguido “la mirada de Búho”, como él mismo definió al ambiente de la sala: un silencio sepulcral donde  -como apuntó en algunos momentos mientras afinaba su guitarra-  se escuchaba con más fuerza el aire acondicionado del local que las voces y susurros del público, quienes atendían con respeto y admiración a la voz del cantante, sumidos en silencio y hablando con la mirada. Y es que tenemos que reconocerlo: Suárez jugaba en casa y el público allí congregado –sobre todo el femenino- estaba rendido a sus pies antes incluso de que el gallego entrase en el local.

Tal era la admiración de los allí presentes que el propio Suárez dijo estrenar temas aun no grabados pero igualmente coreados por sus seguidos incondicionales (mención  aparte merecen aquellas “groupies” que poblaban la escalera que separa la “platea” con el escenario y que cantaron todas y cada una de sus letras).

Pero Andrés Suárez sobresale por ser próximo, por abandonar el guión y decir lo que piensa cuando lo piensa o por bajar a interpretar “Benijo” a la misma altura del público despojándose de su micrófono y convirtiendo un concierto en una experiencia única y cercana… y es que no todos los días Andrés Suárez despliega su potencia vocal a escasos centímetros de uno. Sí, no lo dudéis, Suárez domina el ritmo del concierto como quiere: sonríe, hace guiños, habla de su madre y planta un par de “carallos” para hacer las delicias del público y dominar a la sala. Suárez enamora –sobre todo a ellas-.


Y tras casi una hora y media de chistes, canciones y sentimientos desparramados por el ambiente del Búho llegaba a su conclusión un concierto –quizás demasiado corto- pero del que sus seguidores salieron dibujando una gran sonrisa con sus labios y esperando otra noche de la mano del gallego (aunque sí, al parecer la noche duró para el mismo y para quienes poblamos la noche lagunera).

Artículo escrito para el portal musical Muscana
Podéis disfrutar del resto de la galería de fotos del concierto pinchando aquí

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