Motos, Cafés y Velocidad

Mediado el siglo XX, Europa se reponía de la devastación de la Segunda Guerra Mundial y a diferencia de hoy, las motocicletas eran un medio ...

Mediado el siglo XX, Europa se reponía de la devastación de la Segunda Guerra Mundial y a diferencia de hoy, las motocicletas eran un medio de transporte realmente importante, no, no eran esa "segunda manera de desplazarse" y es que la economía, fuese cual fuese el país, no estaba para derrochar en segundas opciones o vicios caros.

Y sin dinero poco se hace, mucho menos cuando tu mayor satisfacción es divertirte y correr con tu moto, esa moto posiblemente heredara que acaba de sobrevivir, igual que tú, a la guerra. Pero al igual que ahora, esa pequeña moto era como el acceso a la libertad; libertad de movimiento, libertad de pensamiento, libertad tras una guerra que había exterminado a tus iguales... Pero, esa moto tan destrozada tiene que caminar más que aquella del vecino... Nace así un movimiento que sigue vigente hasta la actualidad: el Cafe Racer.

Pequeños carenados, modificaciones de chasis, estriberas, tubos de escape, colines y quitale lo que sobre. Más ligero, más rápido, ese es el binomio pero, ¿es cómodo? Da igual, ¡es más rápido! Eran los 50, los Rockers paseaban con sus Cafe Racer por las calles de Reino Unido.

Quizás uno de las monturas míticas de estos años ha sido un híbrido llamado TriTon, un nombre que llega gracias a Triumph, quien aporta el motor (hubitualmente de la T110 ó T120 de carburador gemelo) y Norton, quien aporta el chasis (el más usual fue el de la Norton Featherbed). Muchos concesionarios o talleres se especializaron en la conversión de dos motos en tan solo una pero la mayoría de los jóvenes no tenía el suficiente dinero para acercarse a ellos, así los tritones fueron creados en garajes privados y así se puede decir que no existen dos Triton iguales.

Sí, somos rockers, somos racer ¿y el café de donde vienes? ¿había Tassimos en aquella época? Pues no pero lo que sí había eran bares de carretera que abastecían a los camioneros que se dedicaban al tráfico de mercancías (la red viaria fue muy castigada durante la guerra). Dos bares, dos motos, dos chavales con ganas de divertirse, una carretera ¿necesitáis que os dé la respuesta a la ecuación que acabamos de plantear?

"El Cafe Racing es sobre todo una cuestión de gusto. Es una mentalidad atávica, una peculiar mezcla de estilo bajo, alta velocidad, pura tontería y desdeñosa dedicación a la vida de café y todos sus peligrosos placeres..." dijo Hunter S. Thompson y lo que nació como una distinción pronto se convirtió en moda, una moda que los fabricantes de motocicletas reprodujeron de manera industrial en sus fábricas: motores potentes, escapes ruidosos, manillares planos y grandes depósitos, pero sobre todo un look agresivo que se convirtiese en símbolo de rebeldía y libertad... como toda moda las Cafe Racer tuvieron su auge y poco a poco fueron dejando paso a nuevos modelos que se alejaban de las primigenias Cafe Racer hasta que se instauraron en una parte marginal del mercado dando así lugar a las Cafe Racer más potentes y radicales y es que en el mercado de nuevo había piezas adecuadas a un bajo precio...

Actualmente las Cafe Racer vuelven a poblar las calles. Muchos dirán que la moda es cíclica y han vuelto para en un par de años volver a desaparecer, otros, los puristas las depreciaran porque ya no hay híbridos, porque ahora salen de una fábrica en Japón, Corea o Bulgaria y que ya no son motos propias si no industrializadas... no lo sé, habrá quien las customice, habrá quién las lleve como han salido de fabrica pero lo que está claro es que esos manillares, esas estriberas y esos escapes siguen siendo llamativos y hermosos más allá de la simple moda o de la estampa de Steve McQueen sobre una Cafe Racer sin camiseta.


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