Arizona Baby incendia la noche

Recuerdo que era el 21 de junio de 2009, se celebraba el Día Europeo de la Música y para ello se celebran una serie de conciertos a lo ...



Recuerdo que era el 21 de junio de 2009, se celebraba el Día Europeo de la Música y para ello se celebran una serie de conciertos a lo largo y ancho de toda España. Como siempre las ciudades elegidas fueron las mismas a excepción de Ourense que por primera vez se codeaba con otras urbes como Madrid, Barcelona o Valencia. Así que ya os podéis hacer una idea de la expectación que había en el panorama musical y cultural de una pequeña ciudad en la que nunca pasa nada. De aquel evento recuerdo algunos detalle: recuerdo que se celebró en el descampado que ahora acoge la Facultad de Empresariales y Derecho, recuerdo la decepción que supuso para mí el directo de Lori Meyers quienes parecían más preocupados por terminar e irse que por tocar frente a los que allí estábamos, recuerdo que como Eladio y los Seres Queridos se hacían llamar Elodio... pero uno de los recuerdos más gratos de aquellas 12 horas de música fue el concierto de tres tíos con barba que aparecieron a primera hora vestidos de enterradores del viejo Oeste, sí, ahí nació mi idilio con Arizona Baby. Recuerdo como Javi Vielba (ahora conocido también como El Meister) bautizaba a los allí presentes con la Ley del Desierto, un desierto que llegaba desde Valladolid. 

Más de un lustro después Arizona Baby han dejado de ser tres tipos con barba que tocaban a primera hora en un festival para convertirse una banda que llena salas tal y como hizo el pasado sábado en Pontevedra. Un concierto que le servía a este trío vallisoletano para llevar al directo su último trabajo Secret Fires, un trabajo con el que han demostrado que son capaces de ir mucho más allá de los sonidos country-rock en los que mueven como pez en el agua. 

Han pasado los años pero Arizona Baby sigue llevándonos al desierto, a la carreteras kilométricas de la Ruta 66 y buena muestra de ello es Owners of the World, canción con la que el trío abrió el concierto. Poco a poco las cabezas de los asistentes comenzaron a moverse al ritmo que la guitarra del Señor Marrón marcaba pero fue en el tercer tema cuando el concierto rompió de verdad: sonaban los primeros compases de The Truth (perteneciente a Second to None) y los allí presentes comenzaban a bailar. Así descubriendo la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad tal y como anunciaba Javi Vielba al comienzo del concierto así llegamos a conocer la historia de Polea Joe en 16 Tons, la primera canción de la banda en castellano, un clásico dentro del folk americano que ahora versionan Arizona Baby tal y como antes han echo artistas de la talla de Johnny Cash o ZZ Top

Pero como hemos dicho este Secret Fires demuestra que Arizona Baby no solo vive en el desierto, buena muestra de ello son por ejemplo temas como Wooden Nickles o If I Could donde exploran nuevos sonidos aunque sin perder su esencia sureña. Poco a poco nos dirigíamos a un final al que podría punto y seguido Real Lies para que le banda abandonase el escenario (tras un rifirrafe entre el Señor Marrón y un asistente al concierto que al más puro Pepe-Piqué intercambiaron impresiones hasta que El Meister decidió llevarse al camerino al Señor Marrón)

La tensa vuelta al escenario se abrió con Don't Look Back (On Yesterday) una canción que bien podrían firmar algunos hermanos del pop británico, una canción marcada por un regusto a pop británico de los noventa: luminosa, íntima y por qué no decirlo mágica. Un tema al que seguía Shiralee con el que muchos pensamos que aquello terminaba pero Arizona Baby tenía una bala en la recámara: It Helps if Your Sign, ahora sí, era el fin. El fin de un concierto que reafirma como aquellos tres tipos vestidos de enterradores son capaces de llenar todo un escenario da igual que sea de una pequeña sala o de un gran festival. Un concierto que demuestra que Arizona Baby son más que una banda atípica con un par de seguidores y es que El Meister, el Señor Marrón y Dr. Tosco son los cowboys del siglo XXI pero unos cowboys capaces de dejar sus caballos a un lado y arrancarte un baile.

Artículo escrito para el portal musical Hipsterian Circus

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