House of Cards, 1ª temporada

Recuerdo cuando Pablo Iglesias regaló al Príncipe Felipe (aka Rey Nuevo) la temporada completa de Juego de Tronos... tuvo su gracia per...


Recuerdo cuando Pablo Iglesias regaló al Príncipe Felipe (aka Rey Nuevo) la temporada completa de Juego de Tronos... tuvo su gracia pero tras ver House of Cards creo que Pablo Iglesias hubiese acertado más regalandole esta.

En House of Cards nos encontramos con Frank Underwood (a quien da vida un excepcional Kevin Spacey), congresista de los Estados Unidos que en el primer episodio recibe una noticia que cambia su manera de ver y encarar la política: no será vicepresidente de los Estados Unidos. Comienza así un recital de estratagemas que solo tienen un objetivo: medrar políticamente. Aquí la ética queda a un lado y la lealtad solo es con uno mismo o no... porque Frank cuenta con un lugarteniente que será su brazo ejecutor Doug Stramper (¿nadie se ha preguntado por qué Doug sigue a Francis de esa manera? Sin duda es uno de los personajes que más me ha llamado la atención a lo largo de la temporada: siempre en un segundo plano, siempre haciendo el trabajo sucio pero siempre ahí).

Pero Francis no está solo: además encontramos a su mujer Clarie Underwood, una mujer fría y calculadora que apoya la carrera política de su marido porque en el fondo es la suya propia. Como veis nada en House of Cards queda al libre albedrío y todo, hasta las relaciones personales están muy medidas. Y así aparece Zoé Barnes (y su push-up) quien se convierte en la voz de Underwood en la prensa.

Zoe y Frank comienzan una relación de "trabajo" y el trabajo les lleva a la cama. Muchos pensareis ahora mismo que House of Cards es un triángulo amoroso pero en absoluto porque (he aquí la primera sorpresa que os encontrareis) Claire, consiente en busca de un objetivo superior surgiendo el verdadero triángulo: política-poder-periodismo. Por que House of Cards es eso: un asalto al poder desde cualquier ángulo posible.

Pero la gran sorpresa es cuando Frank Underwood rompe la cuarta pared y mira a los ojos al espectador y explica su siguiente jugada en ese momento el posible asco que Underwood puede generar en el ético espectador se convierte en estupor: ¿a qué juegan los guionistas de House of Cards?
Para mí el mayor problema es que Frank Underwood es un cabrón, vale eso no es un problema, el problema es que le sale absolutamente todo bien, en ningún momento nos podemos imaginar a Underwood perdiendo el combate aunque en el fondo nos posicionemos del lado del más débil (Zoe). Además no encontramos tramas (la paternidad, la homosexualidad, el abuso de las drogas...) que realmente no encajan en dentro de la historia fundamental de House of Cards, sí, supongo que será para dotar los personajes de vida y humanidad ¡¡¡pero es que no la tienen!!! ¡¡¡y los que la tienen son eliminados!!!

Es cierto que House of Cards va de menos a más, creciendo a medida que se suceden los capítulo para terminar por la puerta grande aunque sabéis que me ha sucedido con la serie: que no me la creo en absoluto, para mí peca de pretenciosa, que sí, que indudablemente es una gran serie ya que consigue que sintamos asco, pena o cariño por sus personajes pero algo falla, quizás que en el fondo nos sentimos unas marionetas más en el juego de Frank Underwood.

Técnicamente poco podemos decir a una serie en la que Kevin Spacey borda su papel, con unos secundarios mucho más que dignos y con episodios dirigidos por gente como David Fincher: no son episodios, son pequeñas películas con una fotografía y un gusto realmente cuidados, mucho más cercanos al mundo del celuloide que de la pequeña pantalla.

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