House of Cards, 2ª temporada

Si eres fan de House of Cards no leas esta entrada, quizás no contenga spoilers o lo pocos que contiene no influirán en tu disfrute co...


Si eres fan de House of Cards no leas esta entrada, quizás no contenga spoilers o lo pocos que contiene no influirán en tu disfrute como espectador pero no merece la pena, guárdala entre tus favoritos y al final cuando llegue el golpe es cuando la debes leer aunque odies a Frank aunque adores a Frank.

House of Cards ha conseguido algo que ninguna serie ha conseguido hasta el momento: eliminar a uno de sus personajes principales y que nadie haya dicho ni publicado nada y es que en esta nueva temporada de House of Cards comienza de una manera totalmente radical eliminando uno de ángulos de su triángulo principal y con 13 episodios por delante ¿podrá House of Cards sobrevivir a esta abrupta salida? La respuesta es clara: sí y es que Frank Underwood aun tiene mucho que ofrecernos. 

Pero House of Cards no solo comienza con muerte y destrucción si no que también termina así; perdemos un personaje al que todos, seguro, habíamos tomado un extraño cariño ya que Doug Stamper es como ese cachorro de la manada que no es el más guapo, ni el más simpático, ese cachorro que mira con recelo pero que por algún extraño motivo se convierte en el favorito. Su historia de no-amor, su salida de la serie, su pasado, su admiración y devoción por su congresista... todo ello convierte a Stamper en un personaje único y genuino, un soldado al servicio de su líder, un aliado, un hombre atormentado por sus propios demonios que solo busca encajar en su propia vida. 

Y es que entre tanto poder y ambición encontramos que a veces son los pequeños detalles los que convierten al mundo en lo que es: ¿cuándo un lobista puede enamorarse de un político? ¿cuándo este debe pensar en si mismo y cuándo en su país? ¿cuándo la protección se convierte en atracción? House of Cards pone sus ojos en estas cuestiones sin perder la perspectiva, sin dejar de decirnos "amad, besad y follad pero al final solo los elegidos gobernaran el mundo" y Underwood trabajará incansablemente para gobernar el mundo, para ser el elegido pero sobre todo para eliminar a todo aquel que se le ponga por delante en su carrera.

Nos educan pensado en que el dinero da poder, vemos como Donald Trump puede convertirse en Presidente de los Estados Unidos gracias a su fortuna pero esto no es nuevo ni nos coge por sorpresa ya que series como House of Cards presentan personajes como Raymond Tusk, un personaje que bien podría asemejarse a Trump, un personaje que desde la sombra busca su beneficio sin mirar quién o qué se quede por el camino... es llamativo como Frank Underwood es un villano y como un nuevo personaje entra en acción y pugna con él, todos pensaríamos que es un héroe pero no, Tusk no lo es, es otro tiburón buscando su trozo del bañista que será engullido en cuestión de segundos aunque ahora esté tranquila y placidamente nadando sin imaginar que bajo él, en ese lugar que no es capaz de ver, dos bestias luchan por hacerse con su desayuno. 

Está claro que una nueva manera de escribir series ha llegado, ya no solo es Juego de Tronos, también House of Cards se libra de sus personajes de la noche a la mañana sin ningún tipo de paliativos y sale indemne de manera asombrosa. Pero sobre todo lo que nos gusta (y no lo podemos negar) es cuando Frank Underwood nos hace participes de sus tretas, en ese momento, aunque seamos simples espectadores ya estamos manchados, sí, es así: no hacemos nada para detenerlo, es más, no queremos que se detenga. Somos parte de la conspiración y lo que es peor: tememos ser peones en la partida que juega Frank... y es que al final solo hay dos bandos en esta historia de poder: el de los que comen o el de quienes son comidos, cada espectador que escoja el suyo.


Al final, como siempre y aunque lo políticamente correcto sea lo contrario, el mal gana y el puño de nuestro (venerado) villano golpea a su objetivo con rabia y saña sabedor que ha logrado su objetivo. Así Frank Underwood nos despide hasta la próxima temporada: mirándonos a los ojos y dejándonos bien claro quien domina el mundo... y este es el mayor problema que plantea la increíble House of Cards una serie que estaba concebida para tan solo constar de dos temporadas y a a que ahora, como mínimo, se le añadirá una tercera que nos hace temer... ¿mantendrá el nivel? ¿seguirá reinando al mal? ¿qué nos depara el futuro? 

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