El lunes me acerque al cine a ver Un Plan Brillante, la última película de Demi Moore. Un Plan Brillante es ese tipo de película en la que los buenos (los protagonistas) son ninguneados por los malos y se toman la revancha por su propia mano. En este caso un robo a la mayor empresa mundial de diamantes, un robo que como en Caos, la serie de Danny Oceans o otras tantas es perfecto, hecho al milímetro pero con un imprevisto en el último momento que hay que superar.

Pero en esta cinta hay cosillas que merece la pena resaltar: todo comienza con un flashback que se convierte en la película, por cierto, cuando comienza el flashback Demi Moore sale de cualquier manera que os podáis imaginar menos creíble, por favor, una película no puede permitir que su estrella salga tan tan mal. La historia transcurre en los años 60, lo cual imprime al político a la cinta: ya que los diamantes los compran los capitalistas a los explotados africanos (cosa que podéis ver en Diamante de Sangre); pero la cinta no se define políticamente. Otro tema peliagudo por el que pasa la película es el machismo imperante: pero de nuevo pasa por encima de él como diciendo que malos son los hombres que no la quieren porque es mujer... Creo que si tocas temas interesantes debes definirte o no tocarlos.

Los que me ha gustado es que hasta el final no sabemos cual es el móvil del robo por parte de Hoobs, que realmente es bueno y me ha parecido bien. Quizás ha sido lo que más me ha gustado de la cinta. Eso y los paisajes (decorados) de la historia: el vestíbulo de la Lon Di (es el vestíbulo del Gran Teatro de Luxemburgo).