En ocasiones toca la de cal y otras la de arena. Y ayer tocó perder: 94 a 58.

Sin duda esta vez el marcador no refleja el transcurso del partido. Los que me conocéis sabéis que de los árbitros nunca hablo pero creo que lo de ayer a la mañana en la pista de La Salle fue indignante: en 8 años que llevó entrenando es la primera vez que me descalifican, concretamente en el minuto 2 del segundo cuarto, sin previo aviso y por decir “me cago en la puta madre” así de concreto, que el arbitro, que estaba en la esquina opuesta (sí, me descalifico a 10 metros) no me dejó ni terminar la frase.

Después el equipo salió adelante jugando bien, bastante bien; juego que nos permitió llegar 3 puntos arriba al descanso. La segunda parte se convirtió en una sangría arbitral, cada vez que enlazábamos tres canastas seguidas, algo pasaba: que si pasos, que si falta en ataque, que si… Segundo entrenador descalificado, dos jugadores expulsados por faltas y un tanteo de altas irrisorio nos llevo a venirnos abajo cuando íbamos 13 abajo en el marcador, así hasta el final.

Los chavales hicieron un buen juego, mejor que el de los santiagueses. Raquel dirigió bien. Y los árbitros estuvieron de pena.