La fotografía es excelente: un paisajismo grandioso, unos colores y unas formas totalmente bellas. Pero es que la cinta se puede reduce a eso ya que no deja de sur una de esas peliculas setentonas donde una pequeña relación sentimental se convierte en el eje del universo (aquí literalmente ya que hasta influye en las estaciones).

Michael Pitt y Keira Knightley no parecen en ningún momento pareja, no transmiten por mucho revolcón pasional que se den. Y todo lo que les rodea es triste, caras tristes, solo quejas... Se convierte en una cinta cansina y muy poco creible.

No se la recomiendo a nadie y menos con los precios que tienen las entradas en la actualidad. Sin duda: decepcionate.