Un Buen Día lo Tiene Cualquiera es una dosis de humor surrealista, algo diferente a lo que estamos acostumbrados a ver en las carteleras y esto es muy valorable, pero Un Buen Día lo Tiene Cualquiera se queda en un quiero y no puedo.

Un Buen Día lo Tiene Cualquiera de convierte en algo previsible con el paso de los minutos, perdiendo así ese aire fresco con el que comienza. Otro de los problemas que encuentro es que la cinta pretende abarcar demasiados ámbitos: comedia gamberra, peli de amor... dice el refranero popular que quien mucho abarca poco aprieta (o algo por el estilo) y eso exactamente es lo que le sucede a la cinta.

Lo mejor sin duda es Juan Antonio Quintana (Onofre) que nos brinda una actuación esperpéntica y con ello genial. En ocasiones parece un videoclip de un anciano acelerado, Onofre se mueve con una marcha más (o menos) que el mundo normal. Sin duda ha sido lo mejor de la cinta. El resto de los actores pasan sin pena y sin gloria, con sus momentos pero poco más.

Le falta ese punto de mala leche pero por lo menos es una decente salida al cine ese de Hollywood que tanto nos bombardea.