La Vida es Sueño

Últimamente los tediosos domingos se han convertidos en días de baloncesto o teatro, tardes culturales como comentaba el compadre que tras...

Últimamente los tediosos domingos se han convertidos en días de baloncesto o teatro, tardes culturales como comentaba el compadre que tras la representación tomaba a mi lado un pincho y una caña.

Tocó esta vez una de las grandes piezas de la literatura española: La Vida Es Sueño, de Calderón de la Barca. Lo presentaba la compañía Siglo de Oro de la Co­mu­ni­dad de Madrid y dirigida por Juan Carlos Pérez de la Fuente. Siempre es difícil enfrentarse a un texto que fue representado por primera vez en 1635 y lo digo desde el punto de vista del espectador, supongo entonces que desde el punto de vista del actor ya debe ser atroz. Monólogos inmensos, un vocabulario poco usual, miles de matices… toda una experiencia.


Como es lógico, sabido y comprendido: libertad contra destino se miran a la cara en forma de hombres, el Rey Basilio y Segismundo, Chete Lera y Fernando Cayo. Teatro barroco español, del cual el elenco de actores sale triunfal.

Encontramos a muchas caras conocidas sobre el escenario. Segismundo toma el cuerpo de Fernando Cayo que todos recordáis por El Orfanato. Cayo nos brindó una actuación excelente, su primer monologo es magnético, profundo, duro, directo… en una palabra: colosal. El Rey Basilio está encarnado por Chete Lera (alguno seguro que lo recordáis por La Noche que Dejo de Llover), su actuación es correcta, perfecta, pero también fría, sin pasión aunque sin nada que reprochar. Clotaldo es el televisivo Jesús Ruymán, con Cayo y en su justa medida, ha sido la interpretación que más me ha gustado. O a Daniel Huarte al que todos recordáis de Al Salir de Clase.
Unas actuaciones solventes y una estética vanguardista para una obra del siglo XVII que engancha al espectador desde el primer momento para terminar con un sonoro aplauso, donde destaca Fernando Cayo, un magnifico Segismundo y una mejor actor.

Teatro en verso.

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