En los últimos días una noticia nos hizo estremecernos mientras veíamos una y otra vez las diversas caídas de las bolsas de todo el mundo y las típicas estafas piramidales.

Se trataba de la historia de Manuel García Coego. Probablemente el nombre no os diga nada pero quizás hayáis escuchado la historia: el 12 de diciembre Manuel tomaba un vuelo La Palma-Santiago de Compostela (vía Madrid) pero no lo hacía solo, con el viajaban sus dos perros Kia y Trus. Cuando Manuel se dispuso a recoger a sus amigos (como él mismo los define) solo le entregaron a Kia, estaba claro, faltaba Trus. Le dijeron que sus amigos se retrasarían un día ya Me dijeron que llegarían al día siguiente ya que había habido un problema.

En ese momento comienza esta descorazonadora historia en la que Manuel decidió volver a Madrid para buscar incesantemente a su amigo a lo largo y ancho de todo el aeropuerto de Barajas, las búsqueda no daba resultado y Manuel en un acto de rabia decidió instalarse en el aeropuerto hasta encontrar a su amigo.

Pero el día 22, a Manuel le tocó la mejor Lotería que podía imaginar, Trus aparecía y tras cinco días viviendo en el aeropuerto Manuel podía abrazar de nuevo a su amigo. Seguro que Manuel y Trus no olvidan este día.