Memorias de Queens es la ópera prima de Dito Montiel, adaptación de su novela autobiográfica, con la que consiguió el premio a Mejor Dirección de Drama y el Premio Especial del Jurado por su Reparto en el Festival de Sundance en 2006 y Mejor Interpretación Masculina (se dio de manera colectiva a todos sus actores) en el Festival de Gijón de 2006.

La historia de juventud de Dito (retratada mediante flash-back) se mezcla con momentos presentes para crear un caos de imágenes que debemos tratar de unir para seguir la trama de la cinta. Un ambiente asfixiante cargado de violencia, acentuada por el uso de colores cálidos, graffitis y basura, para emular las calles en las que Dito se crió. Solo la llegada de Mike cambia levemente el ambiente.


Diálogos cortos y caóticos, que en ocasiones parecen improvisados que no aportan ese toque de veracidad ni de velocidad, si no que consiguen que la cinta avance a tropezones. Y que en determinados momentos pierda parte de su interés. Además hay puntos en los que se debía dar más luz: la relación entre Dito y su padre, o la relación de este segundo con Antonio (al que toma como hijo adoptivo). Por detalles como estos la cinta queda colgada y sin explicaciones en ciertos momentos.


Shia LaBeouf, que es quien lleva la mayor parte del metraje, está correcto en su papel y lo mismo se puede decir de los demás actores jóvenes; Dianne Wiest y Robert Downey Jr., en sus pocos minutos de metraje, se lucen (por fin Robert Downey Jr deja esos papeles de loco histriónico).

Personalmente, en muchos momentos creí ver la versión americana de El Bola, pero cargada de una violencia mucho menos sutil que la de la cinta española (que conste que prefiero El Bola). Creo que Memorias de Queens no aporta nada como historia, otra cosa es la técnica o la estética, mucho más moderna de lo que habitualmente estamos acostumbrados a ver.