Der Vorleser es un best seller (ha sido traducida a 39 idiomas) escrito por el suizo Bernhard Schlink y que intenta conjugar el holocausto y el amor. La película nos cuenta la relación entre dos personas a lo largo de 40 años, con sus separaciones y sus reencuentros.



Podríamos diseccionar la película en tres grandes bloques. El primero basaría sobre el conocimiento y la parte más erótica y sexual de la relación, la segunda podríamos definirla como el reencuentro entre nuestros dos protagonistas y la última parte podría ser definida como carcelaria y de superación. El metraje discurre de manera irregular sobre cada uno de estos bloques teniendo su punto álgido y de mayor interés en el segundo bloque, sin duda la interpretación de Kate Winslet en este bloque es lo mejor de la misma. La última parte busca nuestra empatía y en ciertos momentos persigue la lágrima fácil del espectador; la cinta va perdiendo interés desde mitad del metraje hasta el final, donde termina sin ningún tipo de garra ni convicción, perdiendo peso (hasta casi desaparecer) los dilemas morales que narraba la cinta, quedandose simplemente con un drama amoroso ya concluido.


Evidentemente, tanto va el cántaro a la fuente que al final termina por caer y romper, quizás este sea el motivo por el que Kate Winslet ha logrado el Oscar este año. Tras seis nominaciones el pasado mes se hacía con la anhelada estatuilla por esta cinta, existen momentos en los que Winslet se deja llevar y eso se ve reflejado en la cinta (si a ella no le importa ir a la cárcel, ¿como quieren que le importe al espectador?) pero creo que es justo decir que es ella quien sujeta la película ya que por su parte el joven Michael (David Kross) no produce ningún tipo de sensación en el espectador; al igual que la cinta en algún momento, Kross es demasiado distante y en ningún momento he tenido ni el mínimo atisbo de empatía.

Sí, está bien rodada, con elegancia y una gran puesta en escena pero al verla somos conscientes de que le falta vida, mordiente, que no llega a conmover. Quizás le suceda como a Slumdog Millonaire: el exceso de críticas positivas nos conducen a un estado de desilusión al ver la cinta; en el caso de Slumdog Millonaire esa sensación es salvable ya que sales con una sonrisa de la sala de cine pero The Reader te deja frío pensando que es buena película pero sabiendo que le falta algo.