Con 20 minutos de retraso Richi y Fran entraban al saloncito (como algún oriundo del local así lo llama) y tras un breve saludo a los allí reunidos las canciones comenzaron a fluir. Canciones de Fran en solitario, composiciones de Richi y cómo no, grandes clásicos de La Costa Brava. Pasaban las canciones, las cabezas no cesaban su vaivén y los labios se movían como quien no dice nada pero tiene demasiado que decir, hasta que el propio Fran, consciente de ello, paró la canción, cogió el micro y dirigiéndose al público dijo: “la podéis cantar, si os la sabéis”; desde ese momento todas las canciones, como si de himnos religiosos se tratasen, fueron acompañadas por las voces de los allí presentes.

El reloj marcaba media noche pasada cuando Fran dijo que el concierto llegaba a su fin, pero los presentes se negaban a llegar al final de este maravilloso viaje; Fran y Richi hicieron el último esfuerzo y saciaron las ganas de más del público terminando el show con un clásico que hace poco era recomendado en este blog: La Vida Sigue Igual, de Julio Iglesias, un broche de oro que dibujaba sonrisas en las caras de los presentes. Sin duda un gran concierto.

Todos y cada uno de los allí presentes tuvo su canción especial; personalmente, y creo que no soy el único que elegirá esta, me quedo con Me Casaré Cuando me Enamore:

Sin duda una canción como la copa de un pino, genial, cargada de sentimientos y miles de emociones. Una de esas canciones que consiguen erizarte la piel y que por un momento que solo se escuche su letra y música.

Erasmus Borrachas, Adoro a las Pijas de mi Ciudad, Inditex, Treinta y Tres... y así canción tras canción para llegar de magia el saloncito. Sin duda, podemos decir que lo del sábado a la noche fue un conciertazo.