Quadrophenia, cuando se pronuncia este nombre pueden suceder dos cosas: la primera de ellas es que te manden repetir lo que has dicho porque no lo han entendido demasiado bien o la segunda, más interesante por cierto, que se comience a hablar de música y cine, de los mods o de The Who (para los modernos decir que este grupo ha hecho muchas más cosas que la sintonía de C.S.I.).

Quadrophenia para muchos es un documental sobre los mods: sus vespas y lambrettas, sus trajes y su estilo de vida; para otros, Quadrophenia es una ópera rock basada en un disco de los Who y para los últimos, Quadrophenia, es simplemente, una mala película. Probablemente ninguno de los tres grupos tenga razón absoluta pero también es cierto que ninguno de los tres se equivoca demasiado.

El primero encontrará Vespas, Lambrettas, trajes y corbatas. El retrato de una juventud inconformista que se rebela contra todo y contra todos para marcar su diferencia. Los segundos encontraran sin duda mucha música en esta cinta sobre todo mucha música de los Who (aunque no solo suenan The Who durante el metraje de la misma). Y los últimos tendrán claro que esta no es una gran película pero por mucho que no lo comprendan es que Quadrophenia ha pasado a la historia del cine (sin ir más lejos, el que aquí escribe ha visto esta cinta 30 años después de su estreno); evidentemente hay cosas que no se pueden coger por ningún lado ¿alguien se cree el papel del oxigenado Sting? Pues probablemente no.

Quien sí merece un apartado diferente es Phil Daniels, quien da vida a un joven de clase media que vive en un barrio obrero y conduce una Lambretta tuneada. Nos muestra al prototipo de mod: un joven asqueado con su trabajo y más preocupado de su traje y sus vinilos que de su futuro.

Quadrophenia es sin duda uno de los mayores iconos de la cultura mod, aunque no sea una de las mejores películas de la historia del cine.