No solo en EE.UU. hacen remakes de películas, nuestro país vecino se ha animado a lo mismo en ciertas ocasiones. Este es uno de esos casos: El Secreto es la versión francesa (con el resto del mundo occidental como objetivo) de la película japonesa Himitsu (que a su vez estaba basada en un libro homónimo). Además, El Secreto, es la segunda incursión del actor galo Vincent Pérez en el mundo de la dirección tras La Piel del Ángel.

¿Por qué elegí esta cinta? Sin duda por su protagonista David Duchovny, el cual en esta cinta está más cerca de Fox Mulder (X-Files) que de Han Moody (Californication), no porque la verdad esté ahí fuera, si no por esta cinta nos cuenta la posesión (espiritual, claro) de su hija. Y he ahí el punto más flojo de la cinta: su guión.


El Secreto no es una cinta de terror donde el guión podría encajar, si no que se trata de un drama, que nos narra de la manera más reflexiva posible este problema al que se enfrentan padre e hija. Pero lo que supondría un enorme batacazo para la película se convierte en una lección de cómo dos actores (David Duchovny y Olivia Thirlby) consiguen que el espectador empatice con ellos.


Juega a favor de la película su metraje: una hora y media; Pérez o Luc Beeson (que ha sido el productor de la cinta) fueron conscientes de hasta donde podría dar de si la cinta y no han intentado alargarla con tramas inútiles y aburridas que hubiesen conseguido que la cinta perdiera el ritmo tan bueno con el que se cuentan los hechos.

No será la mejor película que hayáis visto, seguro, y probablemente no la recordareis en un par de semanas pero El Secreto ofrece un rato de diversión y palomitas.