La verdad es que el día no comenzaba bien, las fichas no aparecían, no estaban donde debían y tampoco donde no debían; así que nos presentamos al partido con el tríptico y cargados de DNIs. Mal comienzo la verdad.

El partido no lo hacía mucho mejor, como siempre nos tocaba remar contra corriente. Comenzamos por debajo en el marcador, dos abajo, cuatro abajo… y así hasta siete. Una vez más había que trabajar. Poco a poco fuimos tomándole el pulso al partido y la diferencia por momentos se redujo. Ribadavia mandaba en el mercador y en lo que era más importante, en el ritmo de juego; sabíamos que si queríamos ganar debíamos marcarlo nosotros. Mediado el cuarto comenzaron a entrar los tiros y eso no llevó al final del periodo tres puntos abajo en el marcador: 23 a 26.

Tras un primer cuarto de alta anotación el segundo cambió totalmente. Ambos equipos comenzamos el cuarto demasiado tensionados: mala elección de tiros, malos pases… quizás el miedo a perder se hizo latente. Agarrotados fuimos recuperando esos tres puntos, incluso logramos ponernos en algún momento por delante. Pero al final de estos segundos diez minutos el marcador reflejaba la latente igualdad en la pista: 36 a 36.

Ambos equipos reanudamos el partido con ganas de decir ya la contienda pero para nada fue así el intercambio de canastas (y errores) fue constante. Si ellos anotaban, nosotros también, si ellos se equivocaban, nosotros les empatábamos en el número de errores… Pero de nuevo Viña do Campo lideraba el marcador y como hemos dicho antes, ellos llevaban el ritmo del partido. Llegábamos al final del cuarto dos puntos abajo pero con un partido abierto.

Comenzamos el último periodo anotando y por lo tanto igualando el marcador. Salimos a rematar el partido y ahora, siendo mucho más fríos, quizás pecamos de ansiosos y despistamos nuestra defensa. Y es que no estamos acostumbrados a vernos en estos partidos, por su parte Ribadavia ha aprendido a sufrir en finales: en el play-off contra Celanova y el ABO (nosotros caímos ante estos segundos en uno de nuestros peores partidos de la temporada), como siempre se ha dicho “la veteranía es un grado” y nosotros, cuando hemos podido matar el partido, no lo hemos hecho y al final ellos han sido más fuertes, pecamos con nuestra ansiedad y nos olvidamos de defender. Al final no lo pudimos lograr y perdimos ante el campeón de liga: 70 a 77.

Terminamos el partido dolidos pero sabiendo que lo habíamos intentado todo, sabemos que debemos estar orgullosos de ver donde hemos llegada, aceptar que el año pasado estábamos en segunda y hoy somos subcampeones de copa. Que hemos hecho una gran temporada pero que sobre todo, hemos intentado hacerlo de la mejor manera posible.

Aprovecho esta crónica para agradecer el esfuerzo de todos los jugadores (de los que estaban y de los que por diversos motivos han preferido no estar); agradecer también a todos aquellos que han perdido parte de su tarde o de su mañana para animarnos, de todos vosotros que habéis leído este blog. Gracias por estar ahí y por ayudar para que las cosas hayan salido tan bien.

Nos vemos en las pistas. Feliz verano.

Parciales: 23-26; 11-8; 14-16; 22-27

Anotadores: Oscar (13), Emilio (15), Javi Doval (14), Sampedro (6), Darío (8) –quinteto inicial- Héctor (-), Víctor (-), Antonio (-), Alberto (-), Javier (14), Kike (-)