Hace un par de semana llegaba a su fin la quinta temporada de House (¡sí, han pasado cinco años desde que House comenzó a aterrorizar a sus pacientes!), ha concluido sin duda la temporada más sentimental de esta serie; la tramas médicas han pasado a un segundo plano para dejar paso a las relaciones personales y no solo amorosas.

Sí, ha habido amor, de eso no hay duda; pero ha sido una temporada muy dolorosa. Wilson sigue llorando la ausencia de Amber y Kutner… bueno, ya es sabido por todos: Barack Obama llamó a Karl Penn para coordinar los contactos de la Casa Blanca con el mundo del espectáculo y la comunidad oriental, Kutner no tuvo más remedio que desaparecer. Como ya sabéis todos Kutner se suicido y esto es un problema por varios motivos: las motivaciones que mueven al personaje más vital de la serie a esta decisión no quedan lo suficientemente claras, no parece demasiado comprensible que Kutner y su optimismo fueran simplemente fachada.

La salida de Kutner además condiciona la vida de otro personaje: Taub; sin duda ambos creaban uno de los motores más importantes de la serie ya que ambos personajes se complementaban de una manera singular. Ahora Taub y su cinismo se encuentran solos y perdidos por los pasillos del Princeton Plainsboro.

Pero hablando de dolor, esta ha sido la temporada en la que House más ha sufrido (mucho más que tras su relación con Stacy) muestra de ello es el final de temporada. Sin duda el último capítulo revela a Hugo Laurie como alguien capaz de hacer muchos más que una teleserie… sus miradas en el último episodio de la temporada son antológicas, encierran miedo, inquietud pero sobre todo desesperación.

El balance de la temporada es positivo pero en ciertos momentos estamos cansados de ver las misma situación una y otra vez, ver como no avanza, por ejemplo, la relación entre House y Cuddy, la atracción es constante pero esta teórica relación en ningún momento llega a fructificar, de igual modo, ninguno de los personajes realiza una vida autónoma (aunque en esta temporada ha habido un leve atisbo).

House, como serie, ha llegado a ese punto, en el que en la próxima temporada tendrá que convertirse en una serie mítica (con nuevas ideas y desarrollos) o bien, llegar a su fin.

Me gustaría destacar un capítulo antes de acabar con esta crítica/crónica/balance, se trata del titulado Locked In, donde participa (como máxima estrella) Mos Deff. Por primera vez el capitulo está contado desde el punto de vista de un paciente, un paciente que además no se puede comunicar con el mundo exterior; una apuesta arriesgada que por lo menos para mí, ganan los guionistas. Quizás, con el último, en mejor capítulo de la temporada.