Lo normal sería que comenzase la semana hablando del partido de este fin de semana, contando nuestras penas y nuestras glorias, lo buenos o lo menos buenos que hemos sido, hablando de árbitros y de pistas… pero no, esta semana no comenzará así.

Hoy se cumplen 20 años de la caída (o quizás mejor dicho, del derribo) del Muro de Berlín. Ya estaréis cansados de escuchar una y mil veces que el Muro no solo dividía una ciudad, que dividía a familias y amigos, que simbolizaba la división entre dos sistemas políticos contrapuestos y enemigos simplemente por ser diferentes… habréis escuchado hasta la saciedad que la caída del Muro implicó el final de la Guerra Fría, del Telón de Acero, la caída del Comunismo… libros, películas, documentales, columnas de opinión… encontrareis todo lo que quedáis, del sesgo político que queráis y con un radicalismo a vuestra justa medida… la verdad, me da igual, no quiero hablar de lo que ya dicen los libros.

Mis recuerdos de la caída del Muro son “extraños”, recuerdo ver a personas subirse al muro o golpearlo con mazas (recuerdo como lo golpeaba una chica rubia con una maza de cantería más grande que ella), imágenes con muy poca calidad, personas aplaudiendo y policías desbordados… pero por encima de todo recuerdo la cuadriga de la Puerta de Brandeburgo, es la primera imagen que conservo de esa espectacular escultura. 20 años más tarde de esa imagen conseguí ver esa cuadriga (gracias Javier) cumpliendo así uno de mis sueños, tal vez sin ser demasiado consciente de la época que me tocaba vivir y de los sucesos que 20 años allí sucedían… meses después de ese paseo repaso las fotos del viaje y miro aquellas imágenes de cuando TVE emitía en analógico… Quizás hoy sea un buen día para repasar los tiempos que nos han tocado vivir.

Con los años descubres muchas cosas sobre el muro, su simbolismo, su importancia en un panorama socio-político de lucha entre bloques, una lucha que se vendía entre el bien y el mal, una lucha que teóricamente terminó hace hoy 20 años pero de la cual no sabemos aun quien era el bueno y quien el malo… una lucha en la que todos perdieron.

La caída del Muro supuso para la Alemania una unión territorial pero un problema de integración de dos sociedades antagónicas cuyas diferencias siguen latentes 20 años después. Dos sociedades separadas por un abismo económico, incluso en la actualidad (según ciertos estudios todavía serán necesarios 10 años más para que el PIB de ambas Alemanias se iguale), un abismo que se aprecia con un simple paseo por Kart Marx Straße…

20 años después de la caída del Muro, los gobernantes de esta corrupta sociedad siguen levantando muros, quizás ya no de hormigón (aunque Israel se resiste a abandonar este material), si no muros como embargos económicos o verjas levantadas por la “seguridad” de quien vive detrás de ellas. Parece que el mundo necesita más de 20 años para aprender…

* fotos del viaje a Berlín en febrero de 2009