Un Final, quizás, no Tan Feliz

Suelo cerrar la semana hablando de edificios, de conciertos, de actos culturales… pero este viernes me apetece hablar de otra cosa, de actua...

Suelo cerrar la semana hablando de edificios, de conciertos, de actos culturales… pero este viernes me apetece hablar de otra cosa, de actualidad. Podría hablar de las declaraciones de los curas de Madrid (ya me da igual quien sea el que saca la boca a pacer) pero no, no hablaremos de eso; hablaremos del tema de moda el último mes: el Alakrana.

Llegó el final del secuestro, un final feliz ya que los marineros están en su casa, sano y salvos, con sus familias y sus vidas poco a poco recuperaran la normalidad. Un final que se ha logrado previo pago de una cuantiosa suma.

Pasados unos días, y con ellos los primeros sentimientos de satisfacción y algarabía ha comenzado la guerra entre gobierno y oposición (por que en España se puede hacer política con todo, está claro) una guerra no tan diferente de la de los piratas-secuestradores, quienes una vez llegaron a tierra se pelearon por su parte del premio (terminando dos de ellos en el hospital con sendas heridas de arma de fuego).

¿Podría haber hecho el gobierno otra cosa? Pues probablemente no, el clamor popular (al final los políticos son más afines al populismo que a las ideas) pedía el regreso de los marineros vivos “cueste lo que cueste” y sin pegar ni un tiro. Personalmente, quizás por la distancia que me separa de los marineros, quizás por mis ideas, estoy mucho más próximo a actitudes como la del gobierno de Canadá o Australia, quienes pese a tener compatriotas retenidos se han negado a pagar el rescate por considerar que hacerlo sería abrir la puerta a futuros secuestros.

¿Qué responsabilidad tienen los propios armadores que mandan a sus barcos (con bandera en paraísos fiscales) a faenar fuera de los límites seguros? (Aprovechando así las cuotas de pesca de países más pobres en un acto de avaricia total) ¿Debe el Estado, con dinero público, sufragar los “errores” y los costes de esta decisión empresarial de un señor puntual que no paga los impuestos de su barco en el país de donde sale el dinero del rescate? La respuesta es evidente. NO (pese a quien le pese); ese par de millones de euros (o más) lanzados a la cubierta del pesquero están subsanando el error de una empresa con sede en España, una empresa privada como otras miles, una empresa que en el pasado ejercicio facturo 30,1 millones de euros (y ganó 5,8) una empresa de un señor con nombre propio Kepa Echevarría, un armador consciente de sus decisiones (os recomiendo que busquéis en internet la memoria anual de la empresa que éste escribió)… según las últimas informaciones, el rescate lo ha pagado el armador que cuenta con un seguro que no supera los 2 millones.

Por último, esta vez, a la oposición no le molestó que el gobierno se sentase a negociar con terroristas... España, un país de cínicos y populistas...

Complejo tema.

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