Beneath the Rose

Estás cansado de siempre lo mismo, la misma gente, el mismo lugar, las mismas estupideces que rebotan de un lado a otro de la habitación: qu...

Estás cansado de siempre lo mismo, la misma gente, el mismo lugar, las mismas estupideces que rebotan de un lado a otro de la habitación: que si la crisis, que si el trabajo, que si… estás hasta el culo. Sales por la puerta con la única idea de huir a tu mundo, aun no la has cerrado y ya te estás ajustando los auriculares, le das al play y… suspiras profundamente, te miras reflejado en el espejo del ascensor mientras te cierras la cazadora y piensas en como pierdes tu vida día a día sin que nada cambie.

Sales a la calle y pisas con fuerza el suelo, ¿A dónde vas? Qué más da, tan solo necesitas caminar y sentir como el aire del norte agrieta tus labios, subes el volumen al máximo y sigues caminando; ya has trazado tu ruta: hoy toca llegar al mar y no sabes cómo últimamente te obsesiona ver esa inmensidad de agua, tú que eres de interior, que los barcos te producen pavor y que la playa te escama la piel… pero una vez más vuelves al puerto.

Miras las gaviotas sin deparar en que ahora tu paso es mucho más tranquilo, has dejado de golpear el suelo en cada pisada, ahora solo pasear repasando mentalmente tu futuro… no sabes si volver a creer en él, son tiempos difíciles, estás cansado de escucharlo, que si la crisis, que si el trabajo… “al final va a ser que es verdad, a base de repetírmelo”, piensas.

Parece que la humedad te está calando y decides entrar en la primera cafetería que encuentras sin deparar en su nombre o en su decoración. Una pareja al fondo, dos amigos riendo mientras miran a esa chica pasar, un anciano en la barra… escoges aquella mesa, la sucia, la única sucia del local será porque la ves aun con vida del anterior cliente. Te sientas y miras el televisor encendido parece ser que Fulanito ha dejado embarazada a una duquesa… y a ti qué coño te importa la vida de esos dos ¿te van a sacar de tu ostracismo? Lo dudo.

Te quitas los cascos cuando ves como el camarero viene hacía ti,…, piensas, dudas, un café solo con dos azucarillos pides. Y te levantas a por la prensa: Interviú, El Mundo, un par de periódicos locales… con las manos vacías decides volver a tu mesa, total, al final todos escriben desgracias. Rebuscas en los bolsillos de la cazadora buscando el móvil… mierda, otra vez se ha quedado en la oficina, “pues a por él no vuelvo, que le den” te dices a ti mismo. Le das el primer sorbo al café… ¡dios, que malo! Pero por lo menos está caliente… miras de nuevo la pantalla de 8000 pulgadas que ocupa media pared, el cantante de moda saca un nuevo disco y tú quieres cortarte las orejas… decides entonces pagar y salir de nuevo a la calle.

La noche está cayendo y decides tomar camino a casa, hace frío, este año el invierno ha llegado tarde pero ha llegado; sin darte cuenta también han llegado las navidades. Cada día te parecen más absurdas esas fiestas, por los cascos suena Beneath the Rose de Micah P Hinson, la música y las luces crean una estampa idílica solo rota por los sin-techo que pueblan los cajeros en tu camino a casa, “y es que la navidad no es para todos igual” piensas al ver a una señora con su abrigo de piel y unas bolsas del Corte en su mano.

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